De la mano de Gasnor, una empresa formada por personas en situación vulnerable ya reparte boletas por las casas de Salta

Diez mujeres discapacitadas o víctimas de violencia integran esSER, un emprendimiento que logra transformar a las personas para que sean hacedoras de su propio proyecto.

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¿Ya recibiste en tu casa la última boleta del gas? Es muy posible que haya llegado a tus manos a través de una persona con discapacidad, o de una mujer víctima de violencia. Ese es básicamente el perfil que tienen los miembros de esSER, una empresa social que nació de la mano de la distribuidora Gasnor y que desde hace unas pocas semanas se encarga de distribuir las boletas de ese servicio. La iniciativa tiene un objetivo central: transformar a las personas que la forman en protagonistas y hacedoras de su propio proyecto.

La idea de esSER (Empresa Social de Servicios) comenzó a gestarse hace tres años en Tucumán. “Dentro de Gasnor habíamos tenido algunas experiencias extraordinarias de pasantías de personas con discapacidad; y queríamos darle continuidad a ese vínculo, pensando en una estrategia de inclusión”, contó a IN Salta el coordinador de Responsabilidad Social de la empresa, José Niveiro. “Entonces vimos algunos modelos de empresas sociales de Italia y España, y decidimos avanzar en esa dirección”, agregó.

Se formó entonces una empresa donde cada uno de los trabajadores es a la vez socio, y tienen que administrar todo de acuerdo a lo que deciden en asamblea. “Se acordó que ellos cobran, pagan todos sus gastos e impuestos, y lo que sobra se reparte entre todos; logrando así un alta eficiencia económica”, detalló Niveiro.

A medida que el proyecto avanzaba, decidieron ampliar el espectro de socios no sólo a personas con discapacidad, sino también a cualquier persona con dificultades de acceso al mercado laboral. Así se fijó que el 50% de los miembros debían ser discapacitados y el resto podían ser analfabetos, mujeres víctimas de violencia, personas trans o con esquizofrenia. “Adentro de la empresa no se habla de discapacitados, sino de personas con derechos vulnerados, y cada uno aporte lo que sabe y lo que va aprendiendo”, aportó el representante de Gasnor.  Otra norma novedosa que se estipuló es que, cada vez que alguno de los socios de esSER cobra más que el equivalente a tres salarios mínimos, la empresa está obligada a incluir a un nuevo miembro.

El éxito de la empresa en Tucumán fue indiscutido. Con 15 integrantes, ya no sólo tienen como cliente a Gasnor, sino que además sumaron a EDET (la distribuidora eléctrica de la vecina provincia); y se encuentran negociando la posibilidad de sumar nuevos clientes.

Con ese antecedente, a principios de este año se comenzó a trabajar en la formación de esSER Salta. En la etapa inicial, fue clave el apoyo del Polo de la Mujer del Ministerio de Derechos Humanos de la Provincia. Niveiro también destacó “el enorme compromiso de nuestro personal, que enfrentó el desafío personal y pedagógico de transmitir conocimientos y técnicas empresariales de nivel universitario a personas que, en muchos casos, no terminaron la primaria”.

Pero para el coordinador de Responsabilidad Social de Gasnor, la clave del éxito del emprendimiento “es el coraje y la decisión de las 10 mujeres que integran esSER Salta. Cinco de ellas tienen alguna discapacidad, y las restantes fueron víctimas de violencia familiar. Ellas aprendieron, se esforzaron y fueron generando autonomía hasta construir su propia empresa”. Y contó el ejemplo de Rosa, de 57 años, que además de trabajar y esforzarse para sacar adelante la empresa, este año se puso como meta y logró terminar la escuela primaria. “Claramente para nosotros, la independencia económica es la madre de todas las libertades”, agregó.

Finalmente Niveiro invitó a las empresas de Salta que realizan algún tipo de distribución de correspondencia, a tomar contacto con esSER. “Ellas no buscan ni tienen subsidios; sólo necesitan clientes para poder seguir creciendo”, concluyó.

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