Varios factores se combinaron para que el ciclo de crecimiento que estaba mostrando la industria comience a desacelerarse hasta quedar a las puertas de una recesión. La sequía fue el factor principal, que afectó la industria alimentaria con la molienda de granos, pero también la depreciación del tipo de cambio, que provocó un aumento de costos imposible de trasladar a precios por el enfriamiento del consumo; la suba de la tasa de interés, que hizo aumentar el costo financiero; la desaceleración de la construcción y su menor demanda de insumos, y la huelga de camioneros de 11 días en Brasil, que impidió la llegada de piezas claves para la industria automotriz (para la producción de utilitarios, específicamente).
Para la fundación FIEL, el mes pasado registró un retroceso de 0,9% con respecto a mayo de 2017 y con respecto al mes previo, explicado por avances menos dinámicos en la producción automotriz, de minerales y la siderurgia.
"La industria está perdiendo dinámica en su conjunto. La actividad en junio y julio suele ser muy estable con respecto a mayo, por lo que se esperan caídas interanuales muy cercanas al 1%", dice Guillermo Bermúdez, economista senior de FIEL.
"La industria no va a tener el mismo ritmo de crecimiento del primer trimestre. El acumulado va a entrar en un sendero de desaceleración", agregó. FIEL relevó un expansión interanual de la industria de 4,3% en los primeros cuatros meses del año, pero proyecta que el primer semestre finalizará en alrededor 2,4%. El año, estiman, podría cerrar ligeramente positivo.
La consultora Orlando Ferreres & Asociados, por su parte, señaló una contracción de 3,3% interanual en mayo y una merma mensual desestacionalizada de 0,8%, explicada por la caída de 8,8% en el segmento de alimentos y bebidas.
"Este resultado fue consecuencia de una importante disminución en la producción de aceites y en la fabricación de gaseosas, que son dos de los segmentos que mayor ponderación tienen individualmente en el índice general. Asimismo, también se han visto afectados los rubros ligados a la actividad de la construcción, situación que se ha traducido en un estancamiento de los niveles de producción en los sectores de minerales no metálicos y metálicas básicas. Por último, también hay que destacar la desaceleración registrada en la producción automotriz, en contraste con lo exhibido en el primer trimestre", explicaron en su informe mensual.
"Estamos entrando en un proceso recesivo. La industria podría finalizar el año en positivo, pero porque los primeros meses fueron buenos. La actividad industrial va a depender mucho de lo que pase en Brasil, donde hay mucho ruido por el tema de las elecciones", concluyó Fausto Spotorno, director de la consultora.