La Ruta del Vino, una deuda pendiente del turismo tucumano

(Por Diego Nofal) Bodegas vacías, cerradas, pequeñas bodegas familiares sin posibilidades de hacer visitas integran la “Ruta del vino de Tucumán”.

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Hace dos años se presentaba como un orgullo provincial la “Ruta del Vino” en Tucumán, una serie de bodegas ubicadas en los Valles Calchaquíes entre Tafí y Colalao del Valle. El Ente de Turismo anunció con bombos y platillos la posibilidad de visitar bodegas, una posibilidad que tal vez hace dos años era factible, pero hoy ya es prácticamente imposible.

De acuerdo con el sitio web de la provincia que se visite te darán 11 o 14 opciones de bodegas para visitar, mientras que el Ente de Turismo ofrece un “Registro de Bodegas Turísticas” con 16 bodegas para visitar (ver aquí) el sitio de comunicación institucional de la provincia, sólo nombra a 14 (ver aquí). Aunque, lo cierto es que salvo contadas excepciones las bodegas no están preparadas para recibir turistas.

Una recorrida realizada por IN Tucumán en los Valles Calchaquíes reveló una desagradable sorpresa con la que se encuentran los turistas que buscan degustar los vinos tucumanos y conocer cómo se elaboran estos vinos, mayormente de altura. Si bien la recorrida no se realizó en los 16 establecimientos que menciona la web, si se visitaron más de 10 y sólo la bodega comunitaria Los Amaichas, mostró una infraestructura apta para el turismo.

El resto, mayormente cuenta con salones para la cata de vinos, pero no están abiertos al público, hay que esperar y, si tenés mucha suerte, alguien vendrá a abrirte para hacerte probar o venderte los vinos de producción tucumana. Las empresas, en su mayoría, no cuentan con personal apto para realizar recorridos en las bodegas, ni con bodegas que valgan la pena la visita. Son pequeñas factorías sin mayor atractivo, que en nada se comparan a las bodegas industriales de la vecina provincia de Salta, que además cuenta con horarios de visitas programas que les permite a los turistas conocer la forma en que se fabrican los reconocidos vinos salteños.

El final del recorrido deja un gusto amargo, de vino sacado antes del tiempo de reposo adecuado, tal como el anuncio de la Ruta del Vino, el Ente de Turismo se apuró a anunciar una ruta embargado por la felicidad que significa la creciente industria del vino en Tucumán, industria que aún debe apuntar muchas de su fallas antes de ser concebida como un objeto de turismo y exhibición. 7

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