El negocio aéreo está que "arde" en la Argentina. A todos los sucesos que ya se han registrado desde que el Gobierno diera luz verde al arribo de las (mal) llamadas "low cost", se le sumará otro el próximo martes 6 de septiembre.
Ese día, a través de una nueva audiencia pública, un pelotón de compañías hará explícitos los pedidos de permisos para explotar cientos de rutas comerciales, ya sea domésticas como internacionales.
Algunos de los nombres ya resultan conocidos, por ser los que vienen marcando los tiempos del mercado de "vuelos baratos" que, al menos hasta ahora, permanece en el terreno de las promesas.
Norwegian y Avianca se enmarcan en el grupo de compañías que más ha ganado repercusión. Apelando a estrategias distintas, ambas apuran los tiempos en pos de sacar ventaja en un sector que, poco a poco, irá sumando otros protagonistas.
Luego de poner en marcha su despliegue a nivel local, la noruega ya comercializa viajes a Europa por algo más de 1.000 dólares.
Londres (Reino Unido), Barcelona (España), Helsinki (Finlandia), Bergen (Noruega), Estocolmo (Suecia), Salzburgo (Austria) o Reikiavik (Islandia), son algunos de los destinos a los que se podrá volar desde Ezeiza a partir de febrero de 2018.
Esta empresa es considerada la tercera "low cost" de Europa y la sexta a nivel mundial.
En su primera etapa de operaciones en el país, tiene previsto operar hasta con 10 aviones Boeing 737-800 y Boeing 737 MAX8 con matrícula argentina (LV). En la audiencia que viene, Norwegian solicitará 155 rutas.
En cuanto a Avianca, la colombiana confirmó que en estos días ya contará con su sistema de reservas para agencias de viajes locales. Cuando esto suceda, todo quedará listo para que pueda vender sus primeros vuelos.
En este caso, en la próxima audiencia pedirá poder explotar unos 38 recorridos, entre ellos varias ruras hacia y desde Tucumán.
Más allá de la estrategia competitiva que desplegarán las "peso pesado", el encuentro del 9 de septiembre marcará la irrupción de compañías que darán una dura pelea en este segmento de negocios.
Claro que todo este proceso irá acompañado de protestas, fuego cruzado entre los propios players y polémicas vinculadas con los nombres que están detrás de las empresas.
A modo de ejemplo, a la firma Buenos Aires International Airlines se la vincula con los hermanos Juan y Christian Maggio, ex propietarios de Southern Winds.
Esta aerolínea ha sido investigada por el traslado de 60 kilos de cocaína en uno de sus aviones en el trayecto Buenos Aires-Madrid, en septiembre de 2004.
Por este hecho, la Justicia condenó con penas de hasta ocho años de prisión a cuatro personas, tras constatar el envío de la droga en valijas, sin pasajeros, despachadas en un vuelo.
La empresa dejó de operar en 2005, en una decisión empresarial que derivó en la supresión de más de 1.200 puestos de trabajo.
Ahora, los Maggio van por la revancha y piden 178 rutas, en un intento de ser protagonistas en este segmento.
Sin escalas
Entre otros itinerarios, Buenos Aires International Airlines (nombre comercial) solicitará explotar Ezeiza-Nassau (Bahamas) y Martinica-Buenos Aires.
Además, propondrá vuelos a Málaga (España), Nápoles (Italia), Isla de Sal (Cabo Verde), Tahití (Polinesia Francesa) o Luxemburgo.
"Volvemos a lo peor del pasado, ya que esa firma es comandada por los hermanos Maggio, que llevaron a la quiebra a Southern Winds", criticó Diego Dominelli, especialista de Aviación en Argentina.
En su visión, muchas de las compañías que se presentan siembran dudas y generan desconfianza.
"Están copiando la modalidad inaugurada por Alas del Sur, a la que se le otorgó en primera audiencia todas las rutas que solicitó sin tener siquiera un avión usado", advirtió Dominelli.
No es la única enmarcada en fuertes polémicas. También suscita controversias Servicios Aéreos Patagónicos (SAPSA), firma con la que una empresa de ómnibus de larga distancia -que opera bajo el nombre de Vía Bariloche- pretende incursionar en el negocio de los vuelos baratos.
SAPSA solicitará 41 rutas, entre ellas varias internacionales. Lo particular del caso es que volaría a Lisboa con unidades CRJ 200, según lo divulgado por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).
Los expertos señalan que esto es algo técnicamente imposible, dado que se trata de aparatos con autonomía sólo para destinos de cabotaje.
"En términos financieros, a la empresa le vendría bien coordinar ambas opciones, micro y avión. Restan definir detalles sobre la operatoria, pero cuenta con capacidad para dar un salto en su oferta de transporte", dijo una fuente cercana a la naciente SAPSA.
Vía Bariloche posee antecedentes en el rubro aerocomercial: presta servicios ejecutivos a las autoridades rionegrinas a través de dos unidades turbohélices.
En 2016 estuvo muy cerca de quedarse con los tramos que hasta ese momento manejaba la quebrada Sol Líneas Aéreas.
"En los últimos 4 años, hemos tenido una pérdida del 50% en nuestros puntos principales como Bariloche, Neuquén, San Martín de los Andes, Comodoro Rivadavia, Trelew", expresó Ricardo Rosso, titular de SAPSA, en declaraciones a medios patagónicos.
"Es por eso que ahora pensamos en una combinación de prestaciones, aéreas y terrestres. El plan arranca con dos aviones, queremos en el segundo año llegar a tres y así progresivamente", reconoció.
Entre los analistas predomina el escepticismo respecto de la prestación que puede impulsar SAPSA.
"Son empresas que piden permisos pero lo más probable es que luego no lleguen nunca a operar", sostuvo Franco Rinaldi, reconocido especialista del mercado aerocomercial.
Además, considera que desembarcar en un mercado tan competitivo como el previsto implica, como requisito de partida, tener una espalda financiera y una solvencia técnica enorme.
"La mayoría que pide rutas no cumple con estas condiciones. Además, no veo a Vía Bariloche como aquel que se diferencie de quienes no tienen experiencia en un negocio caro y complejo", aseguró.