En este contexto de aislamiento social preventivo y obligatorio, único elemento viable para defenderse del coronavirus, la vida sigue, las obligaciones siguen y se han planteado una serie de desafíos, tanto para empresas como para toda la ciudadanía.
Las empresas para sobrevivir necesitan que la cadena de pago no se corte. Necesitan que los ingresos se generen, aun cuando sus locales y sucursales están cerrados. Aun cuando el giro de sus negocios no giren.
Los ciudadanos, todos sin distinción de clase social, necesitan cumplir con el pago de sus cuentas, servicios esenciales y otros no tanto. En el contexto actual, estas circunstancias no han cambiado, se han visto dificultadas principalmente para aquellos que día a día necesitan salir a conseguir sus ingresos.
Cabe aclarar que el Poder Ejecutivo nacional, mediante decreto de necesidad y urgencia, ha ordenado impedir los cortes de los servicios como gas, luz, agua, telefonía fija y móvil, Internet y televisión por cable durante 180 días. Pero ojo… no te confundas, las cuentas no se cancelaron, sólo podrás seguir consumiendo. Este decreto evita que te corten el servicio y no a todos (fijate bien si estás o no incluido dentro de las excepciones). Por lo tanto, tus deudas seguirán creciendo sino las cancelas o las refinancias. Recordá que NO te perdonan la deuda.
La situación actual, demandó a las empresas agudizar su ingenio. Pero no sólo hacia dentro, para ver cómo seguir operando (las pocas que pueden) con el famoso Home Office y las ventas por internet, sino también de cara a sus clientes. Procurando de asegurarse sus ingresos, salieron, así, a resolver sus problemas con los medios de pago: cómo hacer para que les paguen.
El aislamiento preventivo y obligatorio nos limita a trasladarnos, pero las deudas siguen avanzando. Si formás parte del privilegiado segmento de la sociedad que tiene posibilidad de cumplir en esta situación de crisis, mi mejor sugerencia es ¨PAGÁ”, NO TE ATRASES. No te perjudiques por especular con esta situación. Si sos empleado público o privado, jubilado y tu sueldo se acreditó, lo mejor que podés hacer es cumplir con tus obligaciones. La economía debe seguir funcionando, y debes cuidarte no sólo del coronavirus y de los tuyos, sino que debes cuidar tu economía, tu acceso al crédito.
Y si el que está leyendo esta nota es un empresario, también te sugiero lo mismo. Seguramente deberás priorizar tus pagos. Es momento para que la responsabilidad social empresaria surja y fluya. Aparecer en este contexto, reconociendo a tu gente sobre los impuestos, a tus proveedores chicos y grandes sobre los impuestos, a cuidarlos para que la cadena de pago que necesitás se mantenga viva.
En situación de crisis, siempre habrá sectores vulnerables que serán cuidados no sólo por el Estado nacional, sino también por las empresas.
Ahora, si las posibilidades siguen y la voluntad de pagar se mantiene, debes conocer que para pagar tus cuentas, en esta situación tan especial, no hay excusas y lo podés hacer sin moverte de tu casa.
Podes hacerlo con transferencias bancarias, con tarjetas de crédito (que si te cuesta hacerla por un link, también podes llamar por teléfono para hacerlo), con tarjeta de débito y, si tenés quien vaya (sin correr riesgos), también podés pagar con efectivo, con depósitos en cuenta bancaria, o en algunas de todas las bocas de pago extrabancarias (como en supermercados y hasta en algunos kioscos).
Ahora sí, si podés quedarte en tu casa, quedate, así nos cuidamos todos.