El cáncer es una enfermedad en la que células anómalas se dividen sin control y destruyen los tejidos corporales. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia y quimioterapia y, durante uno de estos procesos, el paciente suele perder el cabello. Sin embargo, gracias a un innovador gorro de enfriamiento capilar, los pacientes oncológicos pueden atravesar el tratamiento de quimioterapia sin tener que afrontar el trauma que genera la caída del pelo.
Este sistema, utilizado desde hace algunos años en gran parte de los países del primer mundo, no llegaba a nuestro país debido a su elevado costo. Pero esto no impidió que un grupo de mujeres tucumanas, con mucho ingenio, valentía y solidaridad, decidieran crear y fundar el grupo Quimio Con Pelo Tucumán, un banco de “cascos fríos caseros”, con el fin de ayudar a más personas evitando la caída del cabello. A su vez, estos “cascos” ofrecen refrigeración al cuero cabelludo mientras se administra la quimioterapia.
Si bien esta movida se inició en Buenos Aires con Paula Estrada, quien ideó de manera casera los cascos fríos, (que simulan al gorro de enfriamiento utilizado en Estados Unidos o Europa) luego el grupo de mujeres confeccionaron el banco de cascos fríos en Tucumán y difundieron la técnica para que pueda replicarse en todo el país.
“Congelan los folículos pilosos de la cabeza y hace que la medicación del tratamiento no debilite el pelo. Igual nosotras recomendamos que antes se consulte al oncólogo, porque se utiliza sólo en tumores sólidos como cáncer de mama, de ovarios o de testículos”, resaltó Ana Fontdevila Mirkin, una de las fundadoras.
El gorrito debe colocarse una hora antes del proceso de quimioterapia, mientras se brinde la medicación, y una hora después de la quimio. Debido a que el frío dura alrededor de 30 minutos, se debe calcular la cantidad necesaria para ir cambiando los gorritos en función del tiempo.
Los cascos made in Argentina se realizan con cinco paquetes de gel (Body Care) que se amoldan a la cabeza. Se deben utilizar tres geles de tamaño grande (2007) y dos chicos (2005); los que colocan en forma de cruz y se unen con una cinta 3M para diseñar el gorrito. No obstante, médicos especialistas recomiendan la consulta previa, debido a que está indicado sólo para ciertos tumores.