Con poco más del 98,15% de mesas escrutadas, la lista que encabeza Osvaldo Jaldo, vicegobernador de nuestra provincia en uso de licencia, se lleva la mayoría de los votos (451.985). Su opositor, José Cano, ex titular del plan Belgrano y cabeza de Cambiemos para el Bicentenario, en segundo lugar cómodo, obtiene 312.689.
En tanto que Fuerza Republicana, de Ricardo Bussi, por su parte tiene 152.356; mientras que Fuerza de Izquierda y de los Trabajadores, liderada por Ariel Osatinsky, tiene 45.604 votos y no alcanzó ninguna de las bancas.
Con estos resultados provisorios, además de Jaldo y Cano, las dos bancas restantes estarían ocupadas por Gladys Medina del Frente Justicialista y Beatriz Ávila, de Cambiemos.
Por otro lado, se informó que durante la jornada se realizaron 72 denuncias de irregularidades que involucran al Frente Justicialista por Tucumán y a Cambiemos por el Bicentenario. Si bien las cifras de votantes no están oficialmente confirmadas (al cierre de esta edició), el número está por encima de lo sucedido en las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), cuando votó el 79,12 % del padrón, por lo que se estima que esta vez estarán por encima del 80%.
Qué hay en juego
Hay cuatro bancas de Tucumán en la Cámara de Diputados. Para definir cuántas le corresponde a cada fuerza se aplica la fórmula de representación proporcional D'Hondt.
El sistema D'Hondt es un método creado en 1878 por el matemático y jurista por Víctor D'Hondt que permite obtener el número de cargos electos asignados a las candidaturas en proporción a los votos obtenidos por cada fuerza.
Tras el escrutinio se divide la cantidad de votos obtenida por cada fuerza por cada uno de los números enteros entre 1 y el número total de cargos a cubrir por ese distrito. La asignación de cargos electos se hace ordenando los cocientes de las divisiones de todas las fuerzas de mayor a menor y asignando a cada uno un escaño hasta que se agoten.
¿Cómo continuará la economía luego de las elecciones?
Para determinar cómo es que se desarrollará la actividad económica en el país, durante lo que resta del año y para el año que viene, es necesario recurrir al plano nacional, donde fue contundente el triunfo de Cambiemos, por lo que el Presidente Mauricio Macri encontrará mayor respaldo y menos dificultades a la hora de los proyectos económicos a implementar.
De acuerdo a ello, desde la Casa Rosada esperan cerrar el año con un crecimiento anual por arriba del 3%. “Hoy estamos con un ritmo de más del 4%”, aseguran en la Casa Rosada. Las proyecciones que maneja de forma privada un banco extranjero coinciden con ese número. En cambio, algunos de los estudios económicos de más peso creen que no se llegará a tanto: Bein y M&S (Melconian y Santángelo) coinciden en 2,8%. Por debajo está Marco Lavagna, con 2,5 a 2,7. Dante Sica, en medio: de 2,7 a 3 por ciento.
Por otro lado, economistas aseguran que “el crecimiento será de 2,5 a 2,7 por ciento”, y la inflación rondará el 22 o 23 por ciento. Coinciden en que en esos valores impactarán si hay o no aumento de tarifas, sobre todo de transporte. Y el ajuste que pueda tener la nafta luego de la desregulación anunciada por el ministro de Energía, Juan José Aranguren, con fecha 1° de octubre. Un ejemplo de ello son las petroleras Axion, Puma y Oil que ya ajustaron el valor de los combustibles en el mercado mayorista un 11%.
Firmes en su postura, desde Casa Rosada prevén que el año cierra con 3% o algo más, por lo que estiman que eso dejaría un arrastre estadístico, un piso, del 1,8% para el año próximo. “La inversión está creciendo al 15%”, señalan. Y suman en esa idea el crecimiento de importaciones de bienes de capital, de partes industriales, de generadores de energía no convencional, además de maquinaria para la construcción, que apunta sobre todo a la obra pública.