Tucumán se acerca al centenar de salones de fiesta que cerraron sus puertas en cuarentena: la crítica situación del sector

Uno de los referentes de esta área adelantó cuáles podrían ser las habilitaciones permitidas antes de fin de año para reactivar la industria.

La llegada de la pandemia de coronavirus transformó los planes de todos los argentinos. Tucumán no es la excepción a la regla y, además del contexto sanitario, la crisis económica también aplicó fuertes efectos negativos en la provincia. En este sentido, se confirmó que son alrededor de 70 los salones tucumanos que cerraron sus puertas debido a la emergencia sanitaria. IN Tucumán dialogó con Jorge Ávila, propietario de Keké salones de fiestas, para que se refiera a esta situación. 


“Es triste ver desvanecido el esfuerzo y los sueños de muchos colegas que ya no resisten. Esto se trata de que sobrevive el más fuerte, el que menos está endeudado, el que no paga alquiler. Después de 3 años de crisis económica de la Argentina, muy pocos son los que tienen ahorros que les permiten sostener su estructura y los costos fijos que, aunque no trabajamos, tenemos un taxímetro que sigue corriendo, no para y nadie te perdona”, aseguró. 

Asimismo, alegó que “sentís angustia e impotencia por lo injusto que es lo que nos está pasando” y remarcó que “la mayoría de los comercios se están reactivando aunque sea a media máquina”, algo que no ocurre con su rubro, el cual “parece abandonado y relegado a un último plano”.

“Se presentaron muchos protocolos de procesos, entendiendo que podían comenzar a trabajar aunque sea los salones de menor capacidad y los infantiles, generando lugares de entretenimiento seguro para que, de esa forma, la gente no tenga que hacer eventos clandestinos y puedan hacerlos de la forma más segura. La respuesta es esperar y esperar. Pero mientras esperás, te morís”, expresó. 

Del mismo modo, el empresario brindó su visión respecto a lo que podría ser la reactivación del sector hacia fin de año. “Es probable que los eventos grandes no se reactiven hasta el año próximo, sí esperamos que los de menor envergadura puedan arrancar. Precisamente, los salones más pequeños son los más golpeados porque no son propietarios y pagan alquileres altísimos. La mayoría de los salones están buscando la alternativa de restaurantes en lo que se puedan hacer “eventos en forma de cena” y no con baile”, explicó. 

“Hay algunos eventos que se podrán hacer de esa forma, como eventos empresariales, cenas de fin de año o algún casamiento que solo quieran celebrar cenando. Esperamos que se pueda contemplar esa alternativa así no mueren los que están agonizando”, señaló. 

Luego, hizo mención al proyecto de autocine que tenían en carpeta y a la realidad actual en su caso particular. “Intentamos con mis hermanos instalar un autocine, tuvimos la habilitación municipal, del COE, pero nos faltó la que pensamos que era menos complicada y era la del INCAA. Nunca respondieron un e-mail en el que solicitábamos su homologación. Habíamos invertido mucho dinero en dejar todo en condiciones, pero nuevamente la burocracia y los egos no nos permitieron. Nuestra empresa se sostiene con ahorros y ventas a futuro de fiestas”, detalló. 

“Mucho en nuestro rubro no te podés reconvertir, son pocas las chances que tenemos, a menos que emprendas otro negocio en otro rubro, pero eso significa nuevas inversiones y tiempo hasta que el negocio pueda darte algún rédito. Lo cierto es que la mayoría de los salones agotaron sus recursos hasta anímicos”, concluyó Ávila