El pasado lunes se terminó la feria judicial y de a poco el sistema jurídico nacional irá volviendo a la normalidad durante esta semana. Por esta razón, el sector pyme teme que haya ejecuciones de garantías por deudas atrasadas. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) adelantó que la deuda de las pymes con los bancos asciende a casi 400 mil millones de pesos y esto preocupa al sector.
Es por eso que la institución emitió un comunicado en el que remarca que se está poniendo en riesgo centenares de empresas. “La situación financiera de las pymes es muy comprometida. En un contexto donde el consumo continúa sin recuperarse, los costos siguen subiendo y la rentabilidad no mejora, los empresarios que invirtieron e hicieron el esfuerzo por sostener el empleo quedaron con niveles de endeudamientos altos y caros”, indicó la organización.
“Las pymes mantienen en la actualidad un stock de deuda en pesos con los bancos por 236.663 millones y en dólares por 2.581 millones, sumando un monto total equivalente a casi 400 mil millones de pesos. Pero no es capital adeudado en sí lo que más dificulta su repago, sino las tasas altas que conllevan esas deudas, en un contexto donde muy pocos negocios están dejando rentabilidades que permitan afrontar semejantes costos”, puntualizó la CAME a través del comunicado.
Al mismo tiempo informó que en la actualidad las pymes destinan más de 16 mil millones de pesos sólo a pagar los intereses de sus deudas con bancos, sin incluir multas por moras. “Eso viene derivando en atrasos permanentes, que incrementan más esos pasivos, y desencadenan en el peor escenario: nuestras empresas directamente no pueden cumplir, como lo registra el salto en las tasas de morosidad, y quedan al borde de la ejecución, que representa la antesala de la quiebra”, precisó.
Ante este contexto, la CAME solicitó al Banco Central frenar cualquier ejecución que pudieran tomar los bancos en las próximas semanas contra las pymes y definir un esquema de reperfilamiento de los pasivos que mantienen con ellos. De esta manera, buscan asegurar la sustensabilidad y previsibilidad de esas deudas ante el contexto económico nacional. Habrá que esperar a ver qué decide la entidad financiera madre, lo cierto es que lo que generaría un gran alivio en las empresas, sería un gran dolor de cabeza en los bancos.