De la sociedad entre el suizo Julián Cook y Gastón Parisier (foto), socio de BigBox, surgió el proyecto de llevar adelante la primera aerolínea de bajo costo en Argentina. Los impedimentos que, hasta el momento, dificultaban la concreción de la idea fueron varios.
En primer lugar, existía en nuestro país un sistema que imponía un mínimo y un máximo de precios. Es decir, que quienes quisieran instalar una aerolínea de este tipo no podían cobrar menos que el precio que estipulaba el Estado ni más de lo que éste autorizaba como máximo. Pero, a principios de este año, se dio de baja este tope, pero no así la base. No obstante, desde la empresa están ilusionados en que se elimine este límite.
En un principio, la inversión sería de unos 75 millones de dólares, en la que socios argentinos y miembros del sector industrial extranjero apostarán a esta propuesta innovadora en nuestro país.
Dentro del proyecto hay ciertas particularidades a tener en cuenta: por ejemplo, consideran que lo más adecuado es contar con un aeropuerto alternativo para poder evitar Aeroparque.
En cuanto a los fabricantes de aviones, las negociaciones se encuentran bastante avanzadas. Desde la empresa, pretenden contar con el Airbus 320 con capacidad para 180 pasajeros o el Boeing 737 800 de 189 asientos.
El paso a seguir en este proyecto es la petición de audiencias para obtener ciertas rutas. En un principio, se pediría autorización a Iguazú, Córdoba, Mendoza, Bariloche, Salta, Neuquén, Tucumán, Ushuaia, El Calafate, Comodoro Rivadavia, Resistencia y Río Gallegos.
A partir de estas peticiones, el gobierno tiene 90 días para convocar el acto y resolver la situación. Mientras llega el tiempo de la audiencia, empezarán las rondas de negociación con el sector gremial.