El presidente Mauricio Macri analizó el lunes con funcionarios del área económica los avances en el proyecto de reforma tributaria que se tratará después de las elecciones de octubre y contemplaría cambios en el Impuesto al Cheque, uno de los pedidos de la Federación Económica de Tucumán a los funcionarios nacionales.
Por más de dos horas, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, los ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne, y de Interior, Rogelio Frigerio, y el director de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Alberto Abad, discutieron con el mandatario sobre las modificaciones que se vendrán en el sistema de recaudación.
Además, de la reunión realizada en el Salón de los Científicos de la Casa Rosada, participaron los ministros coordinadores del Gabinete, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, el secretario general de Presidencia, Fernando de Andreis, y el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta.
Fuentes oficiales consultadas por la agencia de noticias DyN aseguraron que el encuentro "fue uno más de los que viene manteniendo el presidente con sus colaboradores, en los que se continúa estudiando cada uno de los puntos de la iniciativa" de reforma tributaria.
Entre las iniciativas que se estudiarían está la de convertir al Impuesto al Cheque como un pago a cuenta de Ganancias, tal como lo había presentado su creador, Domingo Cavallo, en abril de 2001.
Se trata de un tributo considerado por algunos observadores como uno de los más distorsivos que tiene la Argentina
Se espera que los cambios se hagan gradualmente, por lo que el primer año se podrá descontar hasta 20% y así sucesivamente hasta llegar a los cinco años.
El plan no es eliminarlo porque el objetivo es beneficiar al que cumple pero castigar al que evade, en referencia a que muchas personas tienen cuenta bancaria pero aún así, no pagan todo lo que deberían.
También se busca un acuerdo con las provincias respecto del impuesto sobre los Ingresos Brutos en el que se manejan un par de opciones: la reducción generalizada de sus alícuotas o su eliminación lisa y llana, a cambio de la implantación de un impuesto a la Venta Final. La primera opción ya tuvo un adelanto con la baja de la alícuota en el caso de los créditos hipotecarios en algunos distritos.
Ingresos Brutos es un impuesto provincial que representa, para todos los distritos, la mayor parte de la recaudación. Por lo tanto, será una discusión ardua que deberá dar el Ejecutivo con los distintos mandatarios.
Según señalan medios nacionales, el Gobierno no está pensando en bajar el IVA, ni siquiera para los productos de primera necesidad como plantea la plataforma de campaña del candidato 1País, que lidera Sergio Massa.
Hay una idea, sin embargo, de evitar las fuertes distorsiones que hoy existen entre distintos alimentos, ya que algunos están exentos, otros pagan 10,5% y otros 21 por ciento.
Desde diferentes sectores empresarios se viene reclamando por una modificación en la estructura tributaria, no sólo por lo que representa de manera global como costo para la producción y el comercio, sino por la existencia de gravámenes considerados distorsivos, tanto en la jurisdicción nacional como en las provinciales y en las tasas y contribuciones municipales.
La crítica es compartida por el propio gobierno, al punto tal que Macri declaró que ‘los impuestos nos están matando‘. Pero más allá del consenso en la necesidad de reducir la carga impositiva, desde el oficialismo también se advirtió que las dificultades para disminuir el gasto -en especial en el área social- constituye uno de los principales obstáculos para profundizar esa tarea.
En consecuencia, la reforma no implicaría una reducción brusca de las alícuotas sino una disminución moderada y gradual. En ese sentido, Dujovne, al disertar en el Consejo de las Américas, pronosticó que el gasto público consolidado -actualmente del 41% del Producto Bruto Interno- recién bajaría al 33% en 16 años.