Argentina y el Fondo Monetario Internacional

La Argentina firmó un total de 26 acuerdos con el FMI a lo largo de la historia, una cifra elevada internacionalmente y por un total de U$S 20,701 millones.

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El F.M.I. o por sus siglas en inglés I.M.F. (International Monetary Found), entró oficialmente en funcionamiento el 27 de diciembre de 1945, entre sus objetivos iniciales, estaba evitar que las grandes potencias cayeran en una crisis financiera como fue la Gran Depresión, que tuvo lugar durante los años 30, comenzó en los Estados Unidos, con la caída de la bolsa el 29 de octubre de 1929, también llamado martes negro y se trasladó a casi todo el mundo, sus efectos fueron gravísimos, cayó el comercio internacional más del 50%, aumentó el desempleo en casi 30%, entre otros.

La sede del F.M.I. se encuentra en Washington DC, Estados Unidos. Christine Lagarde es la directora del organismo desde el 5 de julio del 2011 y entre los objetivos principales del F.M.I. están fomentar la cooperación monetaria internacional, la expansión y equilibrio del comercio internacional,la estabilidad cambiaria, entre otros.

Los recursos los obtiene mediante el pago de cuotas por parte de los paíese miembros.Se inició con 29 países fundadores, actualmente hay 189, de los cuáles, nuestro país es integrante.

Otorga líneas de crédito a los miembros que atraviesan por dificultades en su balanza de pagos, con acceso al 25% automático del total de su cuota, en caso de precisar mayor cantidad de recurso, deberá iniciar negociaciones mediante un plan de estabilización. Para ello, cuenta con alrededor de U$S 500,000 millones para el rescate de las economías en dificultades.

La Argentina firmó un total de 26 acuerdos con el F.M.I. a lo largo de la historia, una cifra elevada internacionalmente y por un total de U$S 20,701 millones.

El primero de ellos tuvo lugar durante la presidencia de Arturo Frondizi en 1962 por U$S 110 millones, durante ese período presidencial los ministros de economía fueron Emilio Donato del Carril posteriormente, Álvaro Alsogaray.

Entre 1967 y 1968, durante el gobierno de facto de Carlos Ongana, se solicitaron dos préstamos por U$S 125 millones.

Ya en los tiempos de María Estela Martínez de Perón, se solicitaron primero U$S 76,01 millones y dos por U$S 110 millones, el último casi al final de su gobierno interrumpido por el golpe militar del 76.

Durante la dictadura, con Martínez de Hoz, ministro de economía, se firmó un acuerdo del tipo Stand By por U$S 260 millones y al poco tiempo se negoció una nueva asistencia por U$S 159 millones más. A principios de 1983 y a poco de la vuelta a la vida democrática, se firmaron dos acuerdos, uno por U$S 520 millones y otro que por entonces era el préstamo más grande hasta ese momento, U$S 1500 millones.

En 1984, durante el gobierno del presidente Raúl Alfonsín, se solicitaron en dos oportunidades U$S 1419 millones. En 1987 regresamos al Fondo a solicitar dos préstamos más, uno por U$S 388 millones y otro por 1.113 millones. Un año antes de concluir su mandato, en 1988, solicitó U$S 233 millones, como consecuencia principalmente en las caídas de las exportaciones.

En los 90, presidencia de Carlos Menem, en pleno período de la convertibilidad y con relaciones muy fluidas con los Estados Unidos, se realizaron 5 solicitudes al FMI, la mayor cantidad a cargo de un mismo presidente, en 1989 por U$S 1.104 millones, en 1991 por U$S 780 millones, en 1992 por U$S 2.149 millones, en 1996 fueron dos, uno por U$S 720 millones y otro por U$S 2.080 millones.

Con el presidente Fernando de la Rúa, solo se firmó un solo acuerdo en el año 2000 por U$S 7200 millones

En último en solicitar la asistencia del Fondo, fue el presidente Eduardo Duhalde, quien negoció el envío de U$D 2110 millones.

Con este breve detalle histórico observamos que la relación entre nuestro país y el F.M.I. fue extensa.

El martes de la semana pasada y a poco de cumplir 60 años desde el primer acuerdo con el FMI, el presidente de la Nación, Mauricio Macri, expresó que vamos a solicitar nuevamente ayuda al mencionado organismo de crédito.

Varios países expresaron el apoyo al presidente en esta gestión: España, Chile, Brasil, China, Japón y los Estados Unidos, que es el país que tiene mayor cuota y número de votos dentro del Fondo. Este apoyo internacional es muy importante para conseguir condiciones mejores en la línea de crédito.

Se está negociando un acuerdo del tipo Stand-By, que es una de las líneas básicas que posee el FMI, pero a la vez se habla que se tratará de un programa de alto acceso. Un crédito Stand By se otorga a los países que tienen mayor susceptibilidad a las condiciones externas, como ocurre cuando sube la FED la tasa de interés, exigiendo una serie de condiciones para reducir justamente esos riesgos. Esas exigencias van a resultar de considerar principalmente el elevado déficit fiscal, el grado de endeudamiento, saldo negativo de la balanza comercial, hay un considerable déficit comercial y además presiones sobre el tipo de cambio, todos ellos, aspectos por el cual atraviesa nuestra economía.

En consecuencia, el primer ítem de las solicitudes para el otorgamiento del crédito, podría ser bajar el déficit fiscal, a través de la reducción del gasto público y las transferencias discrecionales hacia las provincias. Todas estas medidas deberán llevarse a cabo mediante un delicado mecanismo para proteger a los grupos de mayor vulnerabilidad, trabajando sobre el sector previsional, transferencias de fondos sociales y con reformas de carácter tributario. Reformas de carácter estructural también serán evaluadas, para generar mayor producción con el incentivo correspondiente a la inversión privada. Las condiciones definitivas las conoceremos cuando las negociaciones estén más avanzadas, pues se habla que podrían demorar alrededor de seis semanas.

Argentina podría recibir unos U$S 4500 millones, el equivalente a 5 veces la cuota que aporta al Fondo, se está solicitando un importe muy superior, es por ello que el tipo Stand-By es el objetivo.

Es evidente que el un gran déficit fiscal es unos de los motivos por lo cual vamos al fondo, por ello su disminución es la gran meta. La historia dice que en casi 60 años y el paso de varios gobiernos, solo en 4 de ellos no hubo déficit fiscal, algo que nos debería servir para una reflexión a futuro.

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