La transformación aérea argentina provocada por las “Low Cost” trajo el recuerdo de la tragedia de LAPA

La polémica comenzó luego de que el Estado Nacional oficializara la concesión de 135 nuevas rutas por 15 años y la autorización de vuelos a bajos costos.

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Como ya explicamos en otra publicación de nuestro diario (aquí el link de la nota “Para tener en cuenta: ¿Cómo funcionan las aerolíneas low cost en Argentina?”) volar en aerolíneas que ofrecen vuelos a bajos costo tiene sus ventajas y desventajas. Los vuelos “Low Cost” irrumpieron en nuestro país y sembraron la polémica.

Tal es el nivel de las críticas que algunos usuarios de aerolíneas rechazan la idea de volar en estas compañías aludiendo al peligro que puede significar acceder a este tipo de vuelos. “Nadie se acuerda de Lapa ahora. Se cayó un avión por ahorrar en mantenimiento. ESO ES LOW COST” comenta alguno de los cientos de mensajes que circulan por la web.

Nuevamente Andes no pudo zafar a este tipo de críticas y también fue puesto bajo la lupa por los usuarios: “No hay que mentir y engañar a la gente para vender. Den los precios finales reales del servicio, sin necesidad de usar publicidades engañosas. Con precios y disponibilidad inexistentes. Así no se inicia una empresa precursora en vuelos regionales al NOA. Se pierde la confianza en una organización joven. Renueven su flota. Ya tenemos experiencia con LAPA” fue otro de los comentarios expresados debido a la supuesta mala información brindada por la compañía.

A 17 años de la tragedia aérea que dejó 65 muertos

El vuelo 3142 de LAPA se propuso despegar del Aeropuerto Jorge Newbery de Buenos Aires con destino a Córdoba el 31 de agosto de 1999.

Al iniciar la aeronave su carrera de despegue comenzó a sonar una alarma a la que los pilotos hicieron caso omiso. Esa alarma, que ellos no pudieron determinar a qué falla correspondía, indicaba que los flaps estaban retraídos, lo que les impidió despegar pese a haber superado la velocidad mínima que habían calculado que necesitaban para hacerlo.

Sin poder elevarse, el Boeing 737-200 terminó estrellándose contra un terraplén del predio de la Asociación Argentina de Golf, frente al Aeroparque Metropolitano, destruyendo todo a su paso.

El avión derribó la verja perimetral del aeroparque, rompió la antena de localizador del sistema de aterrizaje por instrumentos (ILS) y dañó la unidad reguladora de distribución de gas. Al cruzar la avenida Costanera destruyó un Chrysler Neón, dañó un Fiat Spazio y un Audi A3, se llevó parte de una parada de colectivos y un puesto de diarios. El trágico derrape causó 65 muertos, hubo 10 heridos, entre ellos transeúntes y otros 34 sobrevivientes.

Sin dudas, esta tragedia desnudó la inseguridad aérea Argentina. Pasaron los años y, a pesar de que los tiempos son otros y la seguridad en un viaje de avión es del 95%, los resabios de aquel lamentable hecho aún perdura en la cabeza de los argentinos, que no quieren repetir la vivencia de una tragedia similar.

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