Alcurnia Wine Bar abrió sus puertas el año pasado, en el mes de junio. Se trata de un emprendimiento tucumano dedicado a comercializar vinos. Entre medio de edificios que lo rodean, está emplazado en Jujuy 562, Barrio Sur de la capital tucumana. El bar atrae a clientes de la zona por los productos que ofrece: su protagonista, el vino, con más de 150 etiquetas diferentes.
Su dueña, la sommelier Ayelen Brandan dialogó con IN Tucumán y nos contó su experiencia de emprender en tiempos de pandemia. “Alcurnia Wine Bar es el primer bar de vinos de nuestra provincia y ofrecemos a los clientes más de 150 etiquetas diferentes de vinos boutique. Nuestro objetivo es brindar la posibilidad de conocer vinos que no se consiguen en un supermercado o incluso en las vinotecas más clásicas”, expresó Brandan a nuestro medio.
Inicios del proyecto
La sommelier profundizó sobre los inicios del proyecto a pesar de la pandemia. “Surgió a partir de mi pasión por el vino, me apasiona pensar todo el trabajo que sostiene esta bebida. Pensar que detrás de cada botella hay miles de familias, historias, y culturas. Y que todas sus costumbres y creencias, su lugar, su suelo, su clima, cada mano que interviene, hacen de ésta una bebida única”, reflexionó Brandan.
“Sin embargo, por mucho tiempo tuve la idea, totalmente errónea, de que el vino era una bebida elitista, para pocos o solo para conocedores. Muchas veces, sobre todo cuando era más chica, buscaba vinos en vinotecas y me daba vergüenza pedir recomendación o preguntar, me intimidaba mis propios prejuicios. Con el tiempo fui derribando esos prejuicios pero siempre renegaba de que en Tucumán para tomar un vino tenías que ir a un restaurante, no había un lugar como Alcurnia, un bar de vinos donde puedas probar etiquetas distintas o sólo tomar una copa y que además por ese servicio no pagues una exorbitancia”, continuó.
“De esta manera surgió Alcurnia con el objetivo de poner el vino al alcance del público joven (25 -40 años) un lugar donde se puede aprender o simplemente beber sin sentirse expulsados por el “deber ser” del vino y todas sus normas, de las cuales la gran mayoría tienen su razón de ser, pero si al final de cuentas aleja a la gente, se convierte en un problema”, añadió la emprendedora. A su vez, afirmó: “Abrimos Alcurnia con la convicción de que el vino es una bebida que debe ser compartida. Queremos acercar nuestra bebida nacional a la gente”, precisó.
Un procedimiento innovador que aplica Alcurnia Wine Bar es que los clientes que se acercan al local para probar los vinos pueden seleccionarlos de la góndola y consumirlos en el bar a precio de góndola y no se cobra el servicio de mesa. “También ofrecemos vino por copa, con las etiquetas que elige la casa, las que vamos cambiando al pasar de los días, para que nuestros clientes puedan probar distintos vinos, los cuales pueden ser acompañados con tablas de quesos, picadas de fiambres o pizzetas, siempre teniendo como principal protagonista al vino”, detalló la sommelier.
Efectos de la pandemia: la vereda una gran aliada
La pandemia trajo distintas restricciones para cada sector de la economía, lo que ha dificultado a los comercios tucumanos, pero sus dueños para seguir en carrera han tomado alternativas como servicio de delivery y el reciente take away. En este sentido le consultamos a Brandan cómo están trabajando actualmente en el bar.
“El modo de trabajo es muy cambiante, como todo, con la situación que enfrentamos a partir de la pandemia. La gastronomía se tuvo que ir adaptando a las distintas fases de la cuarentena, adaptando sus protocolos y horarios. Alcurnia es un bar pequeño, tuvimos que reducir nuestra capacidad, lo que afecta directamente a los ingresos. La vereda se convirtió en nuestra gran aliada ya que ahí hay menos exposición al virus y los clientes disfrutan de tomarse un vino bajo la luna tucumana, al fin de cuentas hizo un maridaje perfecto: el vino, la tarde-noche y la vereda”, comentó a IN Tucumán.
Asimismo, afirmó que desde el bar respetan las medidas establecidas extremando cuidados en el local para evitar contagios de Covid- 19. Además, optaron por otras alternativas como la cata virtual, sumado al servicio de delivery a través de Pedidos Ya y también trabajan con la modalidad take away.
El Malbec no está solo
Como mencionamos más arriba, en Alcurnia Wine Bar ofrecen un abanico de sabores, con más de 150 etiquetas de diferentes vinos. En esta instancia de la entrevista, Brandan nos comentó: “Como sommelier mi objetivo es guiar a nuestros clientes, ayudarlos a descubrir cuáles son los tipos de vinos que les gusta. Sabemos que el Malbec es el gran protagonista de la mesa argentina, pero la enología en nuestro país nos viene regalando vinos excepcionales de todo tipo de cepas para diversos paladares y pretensiones, por eso incentivamos a nuestros clientes a probar vinos nuevos. Es por eso que nuestro objetivo es que la gente pruebe de todo, distintas cepas, distintos métodos de vinificación, que se animen a probar cosas nuevas. Se dice por ahí que la vida es corta para beber siempre lo mismo y en Alcurnia estamos muy de acuerdo con eso, por eso ofrecemos más de 150 etiquetas boutique a nuestros clientes”, indicó.
Proyectos a corto plazo
Respecto a los proyectos que tiene el emprendimiento tucumano, Brandan nos contó que a pedido de muchos clientes, están por lanzar un taller de iniciación al mundo del vino “para quienes quieran aprender un poco más y contar con más herramientas a la hora de elegir, beber y disfrutar del vino”, añadió.
Marca Tucumán
Por otro lado, Alcurnia Wine Bar ha recibido el sello de distinción Marca Tucumán que otorga el IDEP Tucumán (Instituto de Desarrollo Productivo). Ayelen Brandan nos comentó sus sensaciones al recibir esta distinción.
“La Marca Tucumán es un sello de distinción que para nosotros significa un orgullo tener esta mención ya que agrega valor y competitividad. Nos posiciona a nivel local y regional. En esta línea, Alcurnia pretende ser un emprendimiento reconocido y referente en nuestra provincia si de vinos se trata, y tener la Marca Tucumán es tener un sello de calidad en nuestra provincia, es el reconcomiendo de nuestro trabajo y la oportunidad de posicionar nuestro servicio”, expresó la sommelier a nuestro medio.
Además, a través de esta distinción que otorga el IDEP Tucumán, Brandan proyecta hacia un futuro no tan lejano. “Esperamos que la marca Tucumán nos ayude a instalarnos y ser un paseo obligado para aquellos turistas que busquen vinos tucumanos, y esta distinción puede ser un puente que nos permitirá realizar alianzas estratégicas para poder llegar a más personas comunicando el vino y su mundo”, comentó esperanzada.
Balance económico
“Tenemos la particularidad de haber inaugurado el local en plena pandemia. Teníamos programada nuestra apertura para la misma semana en la que se decretó la cuarentena en aquel marzo de 2020, y lógicamente no esperábamos que esto pase, nos quedamos con el local listo y tuvimos que esperar hasta junio para abrir nuestras puertas. En ese momento nos abocamos a la virtualidad, haciendo videos a través de nuestro canal de YouTube o por Instagram donde charlamos sobre el mundo del vino, mientras esperábamos poder abrir el local”, precisó.
De esta manera, el emprendimiento tucumano comenzó a posicionarse en zona sur de la capital tucumana. “Solo conocemos cómo es trabajar en el local con los efectos de la pandemia, y desde ya fue un desafío constante. Abrimos el bar con restricciones, cuanto más estrictas son, menos vendemos, esa es una regla general, que lógicamente influye en la economía de un negocio, sobre todo si estás arrancando. Y aunque muchas veces trabajamos solo para pagar deudas, encontramos un público nuevo que también aprovechó el confinamiento para experimentar y se encontró con el vino, eso nos da esperanzas y ganas de seguir trabajando y apostando a esto que nos apasiona”, afirmó la dueña del bar.
Al finalizar la entrevista, la sommelier Ayelen Brandan dejó un mensaje para aquellos emprendedores tucumanos y a la población en general.
“Son tiempos difíciles en Alcurnia, y por eso elegimos ir incorporando vinos que se elaboran respetando la naturaleza, con la menor intervención posible, pero también pensando en bodegas más pequeñas o menos conocidas porque creemos que apostar a estos proyectos ayuda a sostenerlos. Así también lo trasladamos a nuestra vida cotidiana, elegir siempre comprar en pequeños negocios familiares o emprendimientos locales puede ayudar en momentos de inestabilidad como los que nos toca atravesar. Invitamos a los lectores a elegir consumir allí donde aportan a la economía local; en el almacén del vecino, los emprendimientos locales, el bar del barrio. Sostengamos esos sueños, hasta que pase el temporal”, concluyó.
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