Esta innovadora iniciativa conectó a 45 estudiantes con proyectos reales en sostenibilidad, como análisis de economía circular y talleres de ingeniería ambiental.
Según Citromax, este modelo no solo potencia la formación de los estudiantes, sino que también refuerza su compromiso con la responsabilidad social. Un ejemplo de cómo las prácticas virtuales rompen barreras geográficas y fortalecen la colaboración entre academia, empresa y sociedad.