A paso firme, funciona en Tucumán la única planta de tratamiento de residuos tecnológicos del NOA 

En un año atípico, la firma comenzó sus operaciones a principio del 2020 y ya lleva procesadas dos toneladas de desechos tecnológicos. ¿Cómo es el proceso?

En un año dominado por la emergencia sanitaria producto del coronavirus, la sustentabilidad y el reciclado fue la gran apuesta de Electrogreem, la única planta de recolección y de tratamiento de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE). A pesar del crítico contexto actual, la compañía inició sus operaciones a principio de año apelando a las “3 R”: reducir, reutilizar y reciclar.


Benjamín Zelaya, gerente, confirmó que la entidad cuenta con la habilitación de Secretaría de Estado y Medio Ambiente de Tucumán. Hasta la actualidad, la firma ya lleva procesadas dos toneladas de desechos tecnológicos. El directivo, además, subrayó que la importancia de que funcione una planta de tratamiento responde a que en Tucumán se generan, en promedio, 10.500 toneladas anuales de RAEE. Los datos fueron relevados en 2018 por la Universidad Tecnológica Nacional - Facultad Regional Tucumán.

"Al haber un lugar dónde tratar estos desechos se impide que los usuarios o las empresas los depositen en vertederos ilegales o en basurales urbanos", advierte Zelaya. "Cuando pasa esto, los desechos electrónicos terminan quemados y esto afecta al medio ambiente y a las napas de agua, porque se liberan sustancias tóxicas", insistió.

Electrogreem tiene instalada una cadena de procesamiento que permite clasificar los desechos, ya que no todos tienen la misma disposición final. Algunos pueden ser reutilizados. "Nuestros técnicos se encargan de clasificar el material. La posibilidad de reutilizar es uno de nuestros principios: convertir desechos en nuevos recursos para que las empresas los reincorporen o los donen a instituciones benéficas", remarcó el gerente.


En detalles, el tratamiento de los RAEE funciona de la siguiente manera: 

  • Mediante un formulario online, la empresa analiza los artefactos electrónicos que el cliente quiere desechar. Puede ser una empresa o un particular. A partir de esto se confecciona un presupuesto.
  • En vehículos acondicionados para ese fin, y con la habilitación correspondiente, la empresa visita al cliente y retira el material.
  • Se concreta el traslado de los elementos recolectados hasta la planta de tratamiento. Allí, el personal técnico, integrado por ingenieros especializados, recibe los desechos y los codifica por tipo de producto y por peso.
  • El personal de la planta clasifica los residuos con el propósito de establecer cuáles se pueden reutilizar y cuáles se pueden reciclar. Con aquellos residuos que se puedan reutilizar, los técnicos de la planta se ocupan de recuperarlos (por ejemplo, rearman una computadora o una impresora).
  • Los residuos que no se pueden reutilizar se almacenan en el depósito de la planta hasta reunir una cantidad determinada, que se pueda enviar a plantas especializadas en reciclado o en tratamiento de metales. Estas instalaciones funcionan en Córdoba y en Buenos Aires.
  • Electrogreem también ofrece entre sus servicios el análisis de bases de datos, disponibles en computadoras o en dispositivos de almacenamiento, con el fin de recuperar datos que hayan quedado olvidados. Los técnicos analizan los artefactos, recuperan la información y la borran definitivamente. 
  • En cifras, cada habitante en Argentina genera, en promedio, 11 kilos anuales de residuos electrónicos.
  • En Tucumán, se generan, en promedio, 10.500 toneladas anuales de estos residuos.

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