En tiempos de pandemia, la rutina de los tucumanos varió al igual que la de gran parte del mundo. El decreto del aislamiento social, preventivo y obligatorio, hizo que la mayoría de los ciudadanos cumplan cuarentena en el hogar. Por esta razón, los comercios y las principales urbes de la ciudad quedaron desoladas. A pesar de que, de a poco, la gente comienza a salir para diferentes trámites, el panorama del centro de la capital deja postales de la situación atípica en la que estamos inmersos.
Por las principales calles del microcentro tucumano solo circulan las personas que residen en la zona. El único movimiento comercial que se registra es el de los locales exceptuados del aislamiento. Así, los kioscos, los centros de pago, los miniservice, además de los bancos, son los únicos lugares que concentran a las personas. Eso sí, en todos esos lugares, se respeta la distancia social establecida como medida preventiva.
Otro párrafo merecen los comercios. La mayoría de ellos se encuentran con movimientos internos en sus locales. Casi en su totalidad, invaden los carteles anunciando la venta electrónica y los envíos a domicilio. También, muchos de los comercios aprovecharon la cuarentena para refaccionar sus locales. Además, otro tanto concentró a sus dueños y parte de personal para acondicionar la mercadería y organizar lo de la venta electrónica.
Por su parte, algunos locales permanecen abiertos solo para que los clientes puedan acceder a abonar las cuotas de los productos o servicios ofrecidos por la entidad. Las empresas de electrodomésticos son las principales en este sentido. “Sólo está abierto para que la gente pueda pagar, pero solamente para eso, no para comprar en el local. El horario es hasta las 16:30 de corrido”, confirmaron a nuestro medio desde Castillo.
Esta es la modalidad preferida por los comercios que permiten que los clientes abonen en el local. “Solo estamos permitiendo que puedan pagar las cuotas que vencen en el mes. Por ahora no habilitamos la atención en el local, por lo que no pueden comprar. No sé qué pasará más adelante”, expresaron desde Sporting, que mantiene un horario de 8 a 13 horas para que los clientes puedan acercarse a pagar.
Sin embargo, están los que aprovechan las consultas de los clientes que pasan por el local para comercializar algún que otro producto. “Quería consultar sobre un producto que vi desde la página”, le dice una señora a la empleada de Guindi. Con la puerta semiabierta, esta última procede a mostrarle el producto y advertirle que solo puede atenderla desde la puerta. Algo que la vecina de lugar aceptó sin más reproche y hasta con agradecimiento de que eso suceda.
Así pasan las últimas horas los comercios tucumanos, a la espera de que pronto se reactive el sector. Recientemente, sonó fuerte la posibilidad de que la reapertura se produzca desde el próximo lunes. Los horarios tentativos son de 14 a 19; de 15 a 20 o de 16 a 21, siempre de corrido.“Estamos conversando con el Gobierno nacional para ver si por las tardes podemos empezar a flexibilizar el comercio, pero sabiendo que si se produce un aumento de casos, tendremos que volver a cerrar de manera preventiva”, precisó el gobernador Juan Manzur.
El último reporte de la Cámara de Comercio de San Miguel de Tucumán revela que cerca de un 60% de los comerciantes estima una caída del 95% en la facturación. Sólo un 6,2% de los empleadores considera que podrá cubrir la totalidad de los salarios de sus empleados, mientras que el 13,7% lo hará en cuotas. El 17,4% admitió que podrá cumplir con la mitad del sueldo. Mismo porcentaje aclaró que podrá cubrir el 30% de los sueldos, mientras que el resto (45,3%) no sabe cómo pagará a sus trabajadores.