La suba del desempleo no afecta a todos los sectores y las economías regionales por igual. Estadísticas oficiales y de consultoras privadas evidencian la convivencia de dos realidades: inversión extranjera que se concreta en cuotas, baja oferta laboral en el Gran Buenos Aires -aunque más amplia en algunas provincias- y los primeros brotes verdes en economías, principalmente en las vinculadas al campo.
Representantes de pequeñas y medianas empresas de diferentes rubros reconocen que lo que se ve en el conurbano es muy distinto de lo que está pasando en localidades de Santa Fe, Córdoba, San Luis, Neuquén, Chubut, Mendoza, Catamarca, Tucumán e incluso del norte de la provincia de Buenos Aires.
En Tucumán se ven brotes verdes. A 20 km de la capital de la provincia, en la localidad de San Isidro de Lules, está Veracruz, una citrícola familiar que procesa 30.000 toneladas de fruta por año y exporta el 80% de su producción.
Jorge Seleme, director y accionista de la pyme, fundada en 1927, cuenta que con el cambio de gobierno inició un proceso de expansión. "Con $ 50 millones empezamos a ampliar la planta procesadora de fruta fresca para exportar a nuevos mercados de la Unión Europea", dice el empresario, que necesita contratar 300 trabajadores.
"Tenemos problemas para conseguir personal. Pedimos ayuda al Ministerio de Trabajo, pero en ciudades de la zona no se busca empleo. Competir con los planes Interzafra (por los que la provincia paga salarios a quienes trabajan en las cosechas) de Luis Manzur es imposible", explica el empresario, crítico de esos planes estatales. "Es el mundo al revés", agrega.