Es sabido que Tucumán marca el rumbo en el sector frutihortícola. Si bien son pocas las experiencias locales en el terreno de los alimentos libres de químicos, desde el Instituto de Desarrollo Productivo (Idep) aspiran a motivar a los emprendedores que quieran exportar a EEUU. Para ello, el próximo 15 de junio, presentarán una charla en el Colegio de Graduados en Ciencias Económicas para destacar las ventajas de este mercado.
Nuestra agroindustria puede aprovechar la creciente demanda estadounidense, aprendiendo las mejores prácticas y adecuándose a los requerimientos fijados. Los importadores pagan precios diferenciales que podría beneficiar a Tucumán, si diversificara su producción.
Ventajas de la conectividad aérea
Gracias a la terminal de cargas con cámara de frío y la próxima readecuación del aeropuerto internacional Benjamín Matienzo, Tucumán podrá recibir aviones de gran porte para el transporte de mercancías hacia todo el globo. Esta capacidad instalada posibilitará incrementar la competitividad de los agroalimentos orgánicos elaborados en nuestros suelos con una trazabilidad que posibilitará el transporte del campo a las góndolas en sólo 48 horas.
Cumplir con la calidad abre puertas
Francisco Estrada, presidente de la Asociación de Productores de Arándanos de Tucumán (Apratuc) y responsable de la firma King Berry S.A., expresó que en las últimas tres campañas adecuaron una parte de su producción a la exportación certificada de arándanos orgánicos.
“La producción tiene un proceso de certificación que lleva un manejo agronómico distinto. Es un gran desafío cumplir con las exigencias norteamericanas, donde llegamos a través de transporte aéreo”, dijo.
El empresario explicó que si bien los precios son atractivos, los rindes tienen que sopesar los descuentos por calidad, con la dilución de los márgenes de ganancia. “No hay que verlo linealmente. El comercio del orgánico es muy dinámico y depende de los servicios de transporte y de la calidad de la fruta”, declaró.
Producción
King Berry S.A. exporta anualmente 300 toneladas de arándano orgánico producidas en 100 hectáreas.
800 son las toneladas exportadas por la provincia durante septiembre y noviembre.
La frutilla orgánica ingresó a una etapa de investigación para observar los rindes de algunas variedades que podrían adaptarse a nuestros climas.
“Creo que todas las producciones son convertibles al orgánico. A nivel mundial encontramos innumerables especies para este mercado. Hay que ver las condiciones agroclimáticas y el comportamiento de los cultivos para conocer su rentabilidad”, dijo Estrada.