Vientos de Guerra: proteccionismo versus globalización

(Andrés Rico) El Merval retrocede, la soja se desploma. En Brasil el Bovespa cae un 1,8%. Europa con altibajos ante el temor de un peor escenario comercial entre China y EEUU.

Desde el comienzo de la era Trump, Estados Unidos comenzó a transitar por el camino de un proteccionismo mayor, con la mirada puesta en generar más empleo local y presencia de nuevas fábricas en el país.

Es de pensar que tanto el Brexit del Reino Unido, el triunfo de Trump y los resultados obtenidos por la ultraderechista Marine Le Pen en Francia, que a pesar de no obtener la victoria electoral tras ir a segunda vuelta, se adjudicó más de 33% de los votos, algo sorprendente, indican en varios de sus discursos que la Globalización está identificada como responsable del estancamiento económico y el desempleo.

No obstante si nos rigiéramos por este dato, pensaríamos que los países más integrados presentarían mayores problemas socio-económicos, pero es todo lo contrario. Un excelente indicador de la riqueza que produce un país, es Producto Bruto Interno per Cápita (PIBpc), es interesante observar como en los países con mayor grado de globalización, este indicador es mayor.

No obstante existen algunos efectos, que podríamos llamar secundarios, de esta globalización y están más expuestos por la velocidad de la economía mundial y la influencia de las comunicaciones, internet más precisamente, son algunos ejemplos, las desigualdades en las economías avanzadas como consecuencia en la merma en la renta del trabajo y el avance con dispersión internacional de la tecnología. En economías más ricas, un segmento de sus ganancias del crecimiento económico no son accesibles para las masas de población cuyos ingresos están en el segmento bajo.

Los países en desarrollo acrecientan sus puestos de trabajo y dinero extranjero gracias a la globalización, no ocurre lo mismo con los países desarrollados como EEUU y Canadá, en donde la fabricación se redujo considerablemente

Es por ello que comenzamos a ver el gran descontento de las clases medias y trabajadoras, primero en el Reino Unido, mediante la votación del Brexit para dejar de formar parte de la Comunidad Europea y la victoria de Donald Trump, reflejando en las urnas el enfado de la ciudadanía, en consecuencia advertimos un crecimiento de un proteccionismo en contra de la globalización económica.

La población de América del Norte y la europea manifiestan que sus ingresos están estancados y que la clase media, que es el motor de la economía y del consumo privado, está en grandes problemas.

Como reacción surgen los pensamientos de reindustrialización, en Europa por movimientos populistas y en los Estados Unidos, Trump ya está haciendo lo propio, con medidas más proteccionistas y estímulos al sector industrial, promoviendo la radicación de empresas en ese país.

Un movimiento proteccionista es la aplicación de barreras arancelarias que se imponen un país a otro en el comercio internacional.

Este lunes 2 de abril, feriado para nosotros, China colocó aranceles adicionales de hasta 25% sobre productos de los Estados Unidos, unos U$S 3,000 millones, en reacción por las tarifas nuevas de importación de acero y aluminio. La administración Trump anunció el martes, una lista de 1300 productos chinos, que van desde partes de aviones, maquinarias, satélites, medicinas, etcétera, a los cuáles se les aplicará un nuevo arancel por un monto de U$S 50,000 millones, Lo llamativo es que el gobierno de los EEUU, dispuso exenciones arancelarias de los mencionados metales para los productores locales, de Canadá y Corea del Sur, no así para China.

La preocupación viene de la mano de los exportadores americanos, que temen les impongan adicionales punitorios sobre sus principales productos como la soja, aviones y automóviles.

El conflicto tiene varias aristas, una de ellas comenzó en agosto del 2017, cuando EEUU abrió una investigación sobre posible violaciones chinas a la propiedad intelectual, y las críticas vienen por el sistema que impone el gobierno de Xi Jinping de coempresa, es decir, para poder ingresar al mercado chino, toda empresa debe asociarse con una compañía local y compartir tecnología.

Este conflicto comercial, también afecta a los mercados financieros. Los principales índices en Wall Street, Dow Jones -1%, Nasdaq -0,8%,S&P500 -0,7%, las principales acciones afectadas son las relacionadas con el sector tecnológico y del comercio de granos.

En Buenos Aires, el Merval retrocede y la soja se desploma 4,3%.En Brasil el Bovespa cae un 1,8%.Europa con altibajos y mucha volatilidad ante el temor de un peor escenario comercial entre China y EEUU.

Lo cierto es que en varias oportunidades China, expresó que no le gustan las guerras comerciales, y es lógico pensar que es así, pues sus principales ingresos provienen del comercio exterior, pero el último anuncio, abrió una nueva etapa en este conflicto que afecta a varios productos por un monto de U$S 100.000 millones. La imposición de aranceles multilaterales, es en definitiva, más perjudicial que provechoso.

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