Pocas son las empresas que se animan a proyectar en gran medida en medio de este contexto sanitario. No es el caso de Plano Cultura, que trabaja los cultivos especiales y tiene como objetivo seguir desarrollando y fomentar el crecimiento en el NOA y NEA. IN Tucumán dialogó con el Ingeniero Agrónomo Mauricio Plano para que detalle más acerca de esta apuesta.
“A diferencia de los commodities (como la soja, el maíz, el trigo, etc.) que son productos sin diferenciación y cotizan en bolsa con posibilidad de trabajar con contratos futuro, los cultivos especiales ó specialities son aquellos que tienen características diferenciadas y que van a mercados específicos donde la calidad es el primer diferencial de precio. Entre ellos podemos citar los porotos, el garbanzo, el coriandro, el sésamo, el maíz pisingallo, entre otros, que forman parte de la cultura gastronómica en nuestro día a día”, expresó.
Luego, el especialista hizo alusión al objetivo de crear un semillero y llegar con genética a los países de la región. “En la actualidad, la ley de semillas de nuestro país tiene muchos vacíos para proteger a las empresas desarrolladoras de genética. Esto genera la pérdida de inversión para mejorar la producción y la calidad de los cultivos en el país”, señaló.
“Puntualmente, el proyecto apunta a invertir y seguir desarrollando el cultivo de Poroto Mung (Vigna radiata) y Sesamo (Sesamum indicum) a nivel país con la visión puesta en poder exportar genética desde la Argentina a los países productores de la región como Paraguay y Brasil, y porque no, México y países de África”, detalló.
Desde otra óptica, Plano analizó la producción agroindustrial actual de la región y el impacto que tuvo la pandemia en las principales producciones de la provincia. “Como ingeniero, al igual que muchos productores, sufrimos constantemente la imposibilidad de acceder a nuestros lugares de trabajo (a pesar de ser una actividad exceptuada y de disponer de todos los permisos requeridos). Se sufrió mucho para poder terminar la cosecha de verano y ya se está juntando la cosecha de invierno y la planificación de la siembra del próximo verano sin aún haber podido resolver la libre circulación de los trabajadores del agro”, lamentó.
“El productor argentino es uno de los productores más eficientes del mundo, porque además de ser desarrollador de tecnologías blandas, llevan adelante empresas donde la presión fiscal es muy elevada, siendo uno de los países menos competitivos por el impacto de las retenciones, comercializando su producción a un valor significativamente inferior al de la misma producción de otros países del mundo. Sí es importante destacar que el agro es un sector que siempre está reinvirtiendo y adaptando constantemente nuevas tecnologías. En la medida que la presión fiscal aumenta, el acceso a estas tecnologías disminuye, lo que conlleva a una menor eficiencia productiva”, agregó.
Finalmente, Plano analizó el contexto global y la importancia de la agroindustria para la economía nacional. “Creo que al sector le preocupa más la incertidumbre que generan las políticas para llevar el día a día de la cuarentena que el post pandemia. La agroindustria siempre fue y será un sector importante para generar ingresos genuinos desde el exterior y que se reinvierten año a año dentro del país en cada campaña agrícola, pero no es la salvación económica”, precisó.
“A nivel global, el mundo siempre será una oportunidad para los productores argentinos ya que la demanda de alimentos será cada vez mayor. Pero no por eso hay que creer que tendremos la gallina de los huevos de oro. Es extremadamente clave generar un plan de reactivación y crecimiento de la mano del Estado para ser competitivos, o los mercados creados o ganados serán tomados por otros países más competitivos o políticamente más organizados. Crear o ganar mercados lleva mucho tiempo y mucho trabajo, mientras que perderlos es muy fácil”, concluyó.