Ropa, calzado, películas, productos de electrónica, comida, cigarrillos y hasta medicamentos “truchos”, son algunos de los productos que se comercializan por el mercado ilegal, en ferias llamadas “saladitas”, que en los últimos años se fueron extendiendo por todo el territorio, hasta en puestos o mantas ubicadas en la vía pública.
La Ciudad y la provincia de Buenos Aires son los puntos donde más se concentra este tipo de ferias –sobre todo en Liniers, San Telmo; Lomas de Zamora, La Matanza y La Plata–; sumados a San Salvador de Jujuy, Córdoba y San Miguel de Tucumán. Allí se concentra, según el “mapa de la ilegalidad” de CAME, más de la mitad del comercio de tipo informal que alcanza en total a más de 80 mil vendedores trabajando en las más de 600 “saladitas” en más de 400 ciudades relevadas.
En Tucumán, en tanto, la Unión de Empresarios de esa provincia señaló a la agencia Télam que sólo en la Capital –considerada la tercera ciudad del país con más puestos ilegales– se contabilizan unas 18 “saladitas”, con más de 6 mil tiendas con mercadería de todo tipo a las que asiste más del 70% de la población.
“Hay localidades del país donde la venta irregular es tan invasiva que se verifica un mantero cada 23 habitantes. Se trata especialmente de los centros con perfil más turístico o fronterizo a países de alto contrabando”, advierte en otra parte el informe.
En el mundo. ¿De dónde vienen las falsificaciones? Un reciente estudio de la OCDE y la Unión Europea da cuenta de cómo opera a nivel mundial el comercio ilegal –que en 2013 ya representaba el 2,5% del comercio global-, determinando de qué países provienen los productos que se comercializan y hacia dónde van.
El estudio, que fue publicado por El País de España, especifica que “China es el principal país productor de productos falsificados y pirateados, que se venden en todo el mundo, mientras que Hong Kong, Emiratos Arabes Unidos y Singapur se destacan como los países donde estos productos hacen escala antes de llegar al consumidor”.