El foco del estudio fue colocado en el interés por comprobar la importancia real que tiene en el ambiente la generación de bioetanol, debido a que en Tucumán la fertilización nitrogenada y la quema de rastrojo son prácticas comunes en la producción de caña de azúcar.
El análisis se llevó a cabo durante tres años estudiando en detalle cómo funcionaba el intercambio de gases entre la planta, el suelo y el aire. Las mediciones demostraron que la producción emite casi un 50 % menos de óxido nitroso. Según los resultados, el sistema cañero tucumano emite 0,73% de este gas, mucho menos que el 1,25% fijado por el IPCC.
En líneas generales, en nuestro país hay más de 350.000 hectáreas de cañaverales cuya producción se destina a 23 ingenios que elaboran azúcar y 16 destilerías. Argentina ocupa hoy una posición privilegiada a nivel mundial como generadora de biocombustibles y de energía, ante una marcada tendencia mundial de uso de energías renovables.