A pesar de ser tan joven, Ariel Bellos, uno de los encargados de hacer que Copitec sea marca registrada de librería en Tucumán, vive atareado y aclara que mantener un negocio de tal envergadura no es sencillo, “hay que estar siempre a la vanguardia” y que “no sería lo mismo si no lo manejaran entre la familia”.
Es que él, junto a sus hermanos Daniel y Alberto, y a sus padres, Hugo Bellos y María Elena, llevan adelante un negocio que está hace 20 años en sus manos. “Hace 53 años la familia Bellos funda Todolandia, que es una librería comercial, y a partir de ahí, continuando el legado de su padre, siguió con la fábrica de sellos de goma. Además, hace exactamente hace 20 años atrás, mis hermanos y yo compramos el fondo de comercio de Copitec y nos quedamos con Copitec librería para continuar con el legado de lo que sería una libreria-empresa familiar, escolar, artística, técnica”.
Es así como al día de hoy es una de las compañías líderes en su rubro y una marca que es prácticamente imposible de no reconocer en la provincia. Claro que, según nos confirma su encargado, todo tiene que ver con la pasión que uno le dedica al negocio y cómo se brindan al cliente.
Por otro lado, se encarga de confirmar que un negocio familiar es una tarea compleja: “Trabajar en familia tiene su complejidad. Sin embargo, de alguna manera creo que lo más importante es la confianza, ahí se basa la clave de una empresa familiar. Yo no puedo trabajar o emprender en cualquier rubro si no tengo confianza ciega como la tengo con mis hermanos mi vieja y mi viejo en la empresa familiar.”
El titular aclara que existe un formato de trabajo donde “la empresa familiar no se expande con tareas delegadas, y no es por desconfianza, sino simplemente porque se conserva lo que se tiene y de ahí se trabaja” afirma Ariel denotando claramente que las decisiones y el mando jerárquico pasa solamente por la familia.
El entrevistado asegura que una de las características principales del negocio pasa por ser una “librería joven que siempre se está actualizando con productos del mercado, una librería que tiene un estilo netamente estudiantil”. Aunque remarca también que otra de las característica de la empresa es la de mantener al personal, en donde hay empleados con más de 20 años de antigüedad.
Sin embargo, él como el resto de los empresarios tucumanos, sufre los coletazos de una economía aprieta la soga al cuello en estos momentos. Para Ariel “el hecho de ser un año electoral, el comercio debe abstenerse a crecer o expandir”, sino que más bien el objetivo pasa por “mantenerte y, en el peor de los casos, achicarse”.
El joven empresario asegura que “es incierto saber qué es lo que pasará de aquí a fin de año, algo que no se puede determinar”. A la vez, agregó: “No puedo aceptar que Tucumán sea una provincia que tenga una carga impositiva descomunal y que sea a nosotros los que nos carguen con demasiados impuestos como empresa local”.
Bellos, fue claro y se sinceró adelantando que “hasta fin de año no queda otra salida que esperar, no derrochar, mantenerse y no invertir a lo loco en algunas cosas”. Aseguró que “cada vez se achican más los márgenes”, y finalizó: ¿hasta cuándo vamos a resistir? No lo sé”.