El tucumano que administra fondos de inversión por U$S 1100 millones

Gabriel Ruiz es socio y CEO de Delta Asset Management. Perfil de un hombre de negocios.

Hijo de padre economista y madre profesora de inglés, las circunstancias lo hicieron nacer hace 50 años en los Estados Unidos, pero su cuna está en Tucumán. Moldeado para la vida bajo la pedagogía de Don Bosco, en el seno de un colegio salesiano y recibido en la Universidad de su provincia, Gabriel Ruiz lleva dentro un espíritu entrepreneur que decidió liberar en 2005 cuando, junto a un socio, le dio forma a RJ Delta Fund Management.

“En ese momento yo era presidente de Santander Investment (hoy Santander Río Asset Management) cuando  Raymond James Financial, compañía estadounidense y Eduardo Tapia, su socio local en la Sociedad de Bolsa, me propusieron fundar juntos RJ Delta Fund Management”, rememora.

Pegó el salto. Se animó a dejar su puesto en una de las administradoras líderes y empezar a  escribir su propia aventura. “Luego de un proceso de análisis decidí tomar el reto de construir una compañía desde cero. Fue una historia apasionante, nunca había llevado adelante un start-up, pero creo que mi experiencia en Santander sirvió muchísimo para definir la estrategia inicial a seguir”, recuerda de esos comienzos y marca un punto especial en la línea del tiempo: “En 2008, fue clave la incorporación de Christian Cavanagh como socio. Me costó convencerlo de que se uniera al proyecto. En ese momento era presidente de la administradora de Fondos Comunes de BBVA Francés pero creo que se dio por compartir un espíritu entrepreneur”.

Los años que siguieron fueron movidos, con crisis económicas internacionales y locales. Hoy mira para atrás y se lo nota satisfecho con el camino recorrido. “Administramos más de US$ 1100 millones a través de nuestros Fondos de Inversión, somos un grupo de 30 personas  y a lo largo del tiempo logramos bajar notablemente la rotación del equipo, una característica altamente valorada en la industria y por los clientes institucionales”, se enorgullece. Los resultados le valieron también el galardón de Top Manager 2016 que otorga S&P Global Ratings a quienes considera los mejores gerenciadores de la industria de fondos comunes.

En lo personal, Ruiz se casó hace 26 años en Tucumán y tiene cuatro hijos, un varón y tres mujeres. Llegó a Buenos Aires en 1991 con su flamante título de contador, convocado por la Sociedad de Bolsa Tavelli y Cia. “Comencé administrando carteras de inversión, siendo operador en el recinto de la Bolsa de Comercio y teniendo mi primer contacto con un Fondo Común de Inversión, el Tavelli Plus”, recuerda. Y desde ese momento, dice, compatibiliza todos los días su vocación por las finanzas y los mercados de capitales con su pasión por la familia.  

“No siento que mi profesión me haya hecho resignar cosas personales. Siempre le di mucha importancia a la vida familiar. La profesión tiene sus momentos de mayor y menor demanda en cuanto a requerimiento de tiempos, y es importante entender este aspecto cíclico”, reflexiona. “Lo importante es vivir con una sana intensidad todos los momentos en los diferentes ámbitos y roles, y el acompañamiento de la familia en este pensamiento es clave”, dice Ruiz, que se hizo hincha de River por adopción.

“Nunca tuve una relación muy cercana con el fútbol –confiesa-– hasta que comencé a acompañar a mi hijo mayor en su pasión por River Plate. Por lo tanto, diría que se dio una relación inversa a la habitual en la que el padre induce al hijo en la pasión por un equipo de fútbol”. Su deporte, en cambio, siempre fue el tenis. “Ya de grande me convertí en un jugador principiante crónico de golf, por mi falta de avance”, admite.

En lo laboral, “intensidad” es también la nave rectora, y a esa actitud le suma un ingrediente que considera clave, y que repite varias veces a lo largo de la charla: trabajo en equipo. “Lo primero es conformar un grupo de alta calidad profesional y humana. Esto es posible si se establecen claros y permanentes valores éticos y corporativos. Con el tiempo, los grupos se van consolidando y quienes pertenecen es porque comparten esos valores y trabajar en Delta Asset Management, los satisface”, destaca.

Como administrador, Ruiz se define a sí mismo como “reflexivo y buscador de consensos”. Respecto del grupo, asegura, la receta  es “brindarles un ámbito laboral en el que se puedan desarrollar económica, profesional y humanamente” y pide una mención especial para sus colaboradores: Cavanagh, socio y Director de Inversiones (CIO), Marcelo San Felipe y Damián Koltan, responsables comerciales y Alejandro Goldaracena, Director de Operaciones (COO).

Y ahora es tiempo nuevamente de cambios, de crecimiento. “El año pasado, después  de 11 años de sociedad, los socios locales llegamos a un acuerdo con Raymond James, que siempre fue un muy buen partener, aunque con un perfil más bien pasivo en la compañía, para comprar su participación accionaria del 51 por ciento en RJ Delta Asset Management”, cuenta. “Ahora, como Delta Asset Management, tenemos una enorme confianza en el futuro dado que seguimos basados en el equipo, los procesos, los productos y el management que nos permitieron ser lo que somos hoy”, dice.   

Otra vez afloró el espíritu emprendedor. “Los socios redoblamos la apuesta y el compromiso”, dice el hombre que también disfruta al máximo de la lectura y del cine en sus tiempos libres. “Me gusta mucho la lectura, principalmente de ficción o novelada, y mi autor preferido es Mario Vargas Llosa, con quien tengo alguna afinidad de pensamiento filosófico”, cuenta.

Igual que muchos de sus colegas cogeneracionales, Ruiz recuerda la crisis del 2008/2009 como uno de los momentos de mayor stress. “Fue una época crítica para la industria de Fondos y para nuestra compañía, por la fuerte disminución de activos bajo administración”. Pero asegura haber salido fortalecido y haber consolidado una estrategia que le da respaldo. “Nuestro equipo de inversiones pasa el día analizando oportunidades para luego plantearlas en el comité de inversiones y así llegar a la construcción de las carteras de los Fondos. Mientras tanto, el equipo comercial se reúne con grandes clientes y con canales de distribución que nos permiten llegar a una base más amplia de inversores”.

Respecto de la industria en general, destaca la buena relación que hay entre los participantes del mercado, entre los que conviven, claro, muchos “viejos” conocidos. “La competencia está creciendo y eso siempre es bueno para el mercado y para los inversores. Las relaciones humanas entre los colegas se dan en un nivel diferente, donde muchas veces nos juntamos y hablamos de la industria pero no sobre las estrategias comerciales o de productos particulares sino de cómo avanzar en la mejora de nuestro mercado”, apunta.

Hace hincapié en que la industria de fondos comunes de inversión a lo largo de la última década demostró que agrega mucho valor al inversor y se ilusiona con que en un plazo no muy largo el inversor minorista “reconozca esta capacidad a la hora de generarle valor por encima de otras alternativas como plazos fijos, bonos individuales, acciones individuales o, incluso, Lebacs”.

Pensar en el retiro aún no está en sus planes, pero como buen manager ya tiene un bosquejo armado. "El proyecto de vida que tenemos con mi esposa para los años a los que preferimos definir como de menor actividad profesional  es, en lo posible,  una vida entre los Estados Unidos, más precisamente Palm Beach, y Buenos Aires.  

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