En Tucumán son dos las industrias por excelencia: una la citrícola y la otra, quizás la más importante, la azucarera. Justamente, uno de los referentes de esta última es el Grupo Budeguer, abocado principalmente al sector de la caña de azúcar. Sebastián Budeguer, director de Ventas del grupo, fue entrevistado en el ciclo Mano a Mano de la Fundación del Tucumán y brindó detalles sobre los negocios de la compañía.
“Nuestro principal negocio es la caña de azúcar, son los números más importante del grupo. Somos el segundo productor de caña de azúcar de la Argentina y el primer productor de caña de azúcar del país. Como ingenio azucarero, estamos muy diversificados dentro de la industria. Te diría que somos el ingenio con mayor cantidad de negocios en la provincia: generación de energía, alcohol comestible, biocombustible, azúcar y azúcar orgánica”, expresó.
Del mismo modo, explicó de qué manera se fue introduciendo en el negocio que ya venía de tradición familiar. “La diversión para mi hermano y para mí era terminar en el campo, embarrados hasta la cabeza. Nos encantaba y así nos fuimos haciendo un poco al campo y a la cultura de la familia. Fue de manera intuitiva, ni mi hermano ni yo éramos agrónomos, pero lo llevamos en la sangre”, se sinceró el empresario.
En cuanto al dilema sobre el crecimiento del consumo orgánico y la producción tradicional, precisó: “Si bien es incipiente, es un nicho, es pequeño, el consumo de azúcar orgánica crece a dos dígitos, mientras que el consumo de azúcar convencional crece a la tasa vegetativa, tasa de crecimiento poblacional”.
“Lo que veo que va pasando, en los alimentos en general, es que cada vez hay más conciencia en lo que consumimos. Entonces, las regulaciones te van obligando a producir de una manera más sustentable, sin agroquímicos ni trazas de ninguna otra sustancia en el alimento. Creo que en el largo plazo, habrá una convergencia entre los dos modelos, el orgánico y el tradicional”, añadió.
Por otra parte, Budeguer se refirió al rol y la representación del “hombre de campo” dentro de un país marcado por esta cuestión. “En parte me siento responsable de que exista ese estereotipo. Hay una falta de comunicación del sector agrícola o agroindustrial argentino que permite que existan esos estereotipos. Hay pocos sectores de la economía argentina que son globalmente competitivos y, justamente, la agroindustria es uno de ellos. Pase lo que pase es algo en lo que la Argentina es claramente competitiva y en donde siempre vamos a salir adelante. Entonces, creo que hay un estereotipo falso, aquí hay mucho trabajo, mucho sacrificio y mucha innovación”, indicó.