Hallar a la media naranja para llevar adelante un emprendimiento no suele ser una situación que sucede por decantación. Lugares correctos, valores, objetivos y planes del negocio son algunos pilares a tener en cuenta para ubicar a la persona indicada.
La persona indicada puede no aparecer en el día uno. En algunos casos, el negocio ya nace entre dos o más personas, pero puede suceder que la idea es individual y hay que encontrar a la persona idónea que acompañe en el proceso. Así como hay muchos tipos de negocios, los hay de socios y de espacios donde encontrarlos.
- Dónde hallar al socio indicado
"Un modo de hallar potenciales socios es participar de actividades de formación y networking para emprendedores en etapa inicial. Emprender no es una tarea que se haga escondiendo una idea por miedo a que la copien", dice Laura Gaidulewicz, directora de Binden Group, consultora especializada en herramientas de gestión.
Algunas sociedades nacen a partir de profesiones en común con alguien que uno ya conoce. "Antes de emprender, mi socio y yo nos desempeñábamos en distintas firmas de tecnología, y nos encontramos porque yo tenía que colocar unos productos en el espacio de trabajo de él. Si bien nos conocíamos del secundario, no habíamos hablado de ser socios. Era 1989. Para fin de los 90 ya habíamos arrancado formalmente", dice Leonardo Chicar, socio de Microsystems, que ofrece servicios de consultoría e infraestructura informática.
- Estar arraigado a la estrategia
"Cuando se busca un socio para desarrollar de base cero la firma, la misión, visión y valores que se construyan para emprender van a ser el marco que permite buscar la persona adecuada", dice Gaidulewicz y agrega: "Cuando el socio se incorpora en un negocio ya en marcha, las conversaciones son similares, pero los dueños actuales son quienes tienen la decisión final de si lo suman o no. En ese caso, hay que saber que va a implicar redefinir las reglas de juego".
- Poner las cartas sobre la mesa
En la mayoría de los casos, al momento de empezar un negocio no se piensa en qué sucedería si no funciona o si se genera un gran cambio interno, como una venta. Pero es necesario trazar todas posibilidades para adelantarse a situaciones que pueden darse.
"Es bueno que cada potencial socio trabaje sobre su proyecto personal y que allí definan las reglas de juego. Esto suele soslayarse pensando en que está todo bien. Sin embargo, es la inversión más importante para garantizar la continuidad del negocio", indica Gaidulewicz.
- Trazar el modo de trabajo
Lo que cada socio aporta es uno de los temas a tratar desde el comienzo. Emprender es sinónimo de correr riesgos y hay que tener en claro qué nivel de compromiso para con el proyecto y los niveles de riesgo dispuestos a asumir.
"Cada vez nos lleva más tiempo tomar decisiones importantes. Después de tantos años, nos ponemos más conservadores. Cuando uno arranca, es diferente. Por eso, es importante la sangre joven que puede dar otra impronta a lo que uno hace para que el negocio crezca", reflexiona Chicar.
- Dedicación full time
"Desarrollar una empresa que funcione es una tarea full life. Quien la funda, apasionado por construir algo que lo trascienda en el tiempo, que deje una huella, que pruebe que podía llevar adelante lo que soñaba, atraviesa por esta experiencia como un aprendizaje diario y no como una carga más al día a día", indica Gaidulewicz y resalta que, en las primeras etapas, en muchos casos, los socios son los que operan el negocio pagándose un sueldo menor a lo que vale la posición en el mercado, o utilizando recursos propios al servicio del negocio. "Para que una sociedad funcione, ambos deben dedicar una parte de su tiempo a trabajar sobre ella, sobre las decisiones que comprometen el futuro. Cuando los socios trabajan en el día a día de la empresa, muchas veces, este trabajo se deja de lado y es lo que termina generando la tormenta perfecta".