Fin del 'boom crediticio:' durante 2018 será más costoso hacerse de un crédito en Argentina

Luego de un año de récord crediticio, el boom está llegando a su límite en el país debido a la falta de dinero en los bancos.

Se termina el 2017 y al realizar un balance financiero, sin dudas que la variable que más despegó durante el corriente año es la del crédito. El boom de la línea crediticia llevó a que se incrementara en un 50%, mientras que para los hipotecarios ese crecimiento fue del 90%. Durante el penúltimo mes del año los hipotecarios llegaron a $9.300 millones, una cifra récord, que significó un aumento de casi 10% respecto al mes anterior. Sumadas todas las líneas crediticias que otorgan los bancos en pesos y en dólares el aumento es del 50%, es decir el doble de la inflación.

La expansión del crédito explica por lo menos en parte la aceleración de la economía en la segunda mitad del 2017. Los números de la actividad sorprendieron a muchos y también ayudaron al Gobierno a ganar las elecciones legislativas. En octubre la actividad creció a un ritmo cercano al 5,5% interanual, un número que no se repetirá en los próximos tiempos.

Pero, según lo que indica Infobae, el círculo virtuoso a partir de la expansión del crédito estaría llegando a su límite. Por lo menos en lo que respecta a las magnitudes que se observaron a lo largo de este año. El principal motivo es el más obvio: los bancos se empiezan a quedar sin dinero líquido para seguir prestando al ritmo que lo vienen haciendo. El motivo es que los plazos fijos apenas suben 20% interanual, por debajo de la inflación y mucho menos que la mitad del crédito. En el reciente informe monetario mensual que divulgó el Banco Central reconoce que la liquidez como porcentaje de los depósitos pasó de 45% en mayo a 38,5% el mes pasado. Pero si se descuentan las inversiones en Lebac y Nobac, ya está por abajo del 18%. En otras palabras, la masa prestable que le queda a los bancos está cayendo en picada.

El Presupuesto 2018 dispone que $ 20.000 millones de utilidades acumuladas irán a parar directamente al Tesoro, lo que le resta capacidad prestable. Y esta semana, tal como adelantó, el Gobierno le colocará un bono por otros $ 30.000 millones para financiar el rojo de fin de año.

Para las PYME el panorama tampoco es muy alentador. A partir de enero ya no estará vigente la línea de financiamiento productivo, que obligaba a los bancos a prestarle a las empresas más chicas a tasas subsidiadas del 17%. Como consecuencia, financiar capital de trabajo será mucho más caro y las tasas no bajarían del 25% aún cuando se trata de cheques de empresas de primera línea.

Lo que suceda con el mercado marcará en buena medida el ritmo que tomará la economía en 2018. No sólo porque representa una variable clave para fomentar el consumo y mejorar el ingreso disponible de las familias, sino también por el impulso a la inversión, en particular del sector PYME.

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