Desde mayo, los privados del sector bancario van a imponer un adicional de 1% a los depósitos de $50.000, aunque se esperan negociaciones para empresas que tengan cuentas sueldo en la entidad.
Después de que se retrasara dos veces éste año, a partir de mayo la decisión respecto al tratamiento de los depósitos en efectivo es oficial para las empresas que manejen sus negocios con bancos privados. La banca privada va a empezar a cobrar un 1% a las empresas que depositen montos mensuales de $50.000 o más.
La medida es la última en línea con una política del Banco Central que busca cada vez con mayor agresividad que se desincentive el uso del efectivo. El origen de la medida viene de las quejas de varios representantes del sector ante la entidad monetaria sobre la dificultad de mantener en estado el nivel actual de efectivo en mano.
En rigor, el porcentaje final que se terminará imponiendo variará entre 0,3% y el 1% anunciado, dependiendo de si las empresas tienen cuentas sueldos o son agentes de emisión de deuda.
Los principales afectados por la medida, que no aplica para los depósitos en efectivo en las cuentas de individuos, van a ser las compañías de cobranzas que están afuera del sistema bancario, como PagoFácil y Rapipago, y empresas de medicina prepaga, cable, telefónicas y de servicios, que todavía registran un importante porcentaje de pagos en efectivo.
En su momento, una de las opciones que se contemplaron era habilitar el pago de servicios como impuestos directamente a través de la tarjeta de débito.
Menos efectivo en el sistema
Hoy por hoy, en el Central están concentrados (además de las cuestiones vinculadas al dólar) en la eliminación del billete de 2 pesos. El primer paso de esa medida permite que las personas intercambien en cualquier banco el billete papel (que ya no tienen curso legal) por monedas o billetes de mayor denominación. Esa posibilidad está abierta hasta fin de mes únicamente, luego los billetes dejarán de ser aceptados.
Luego de eso, las entidades bancarias van a tener otro mes adicional para transferir los billetes al organismo monetario. Sin embargo, en el ínterin, los bancos van a tener que afrontar el problema de espacio físico que representa retener estos billetes además de sus tradicionales depósitos en efectivo.