Ayer se confirmó que el Gobierno de la provincia brindará ayuda económica a los salones de fiesta. El anuncio se hizo luego de un encuentro entre funcionarios provinciales y empresarios del sector. Asimismo, se indicó que, a través del Ersept, se condonarán las deudas que tienen con respecto al tema de la luz. IN Tucumán dialogó con Jorge Ávila, dueño de Keke Salones de Fiestas, quien se refirió a esta situación y agregó que es necesario mayor acompañamiento.
“Sabemos de un proyecto presentado en que podrían eximirnos de algunos impuestos, lo esperamos y lo venimos pidiendo hace más de 1 año como ayuda obvia que, al día de hoy, debería ser retroactivo por lo menos a Abril del 2.020. Además de la posibilidad de que puedan hacerse cargo de la deuda de luz de los salones, es algo que surgió de la última reunión que tuvimos. Desde que comenzó esta cuarentena ‘el taxímetro’ nunca paró para nosotros, solo generamos deudas con el Estado, la provincia, los municipios y otros organismos regulatorios”, expresó.
“La posibilidad de volver a trabajar también es incierta. El que comencemos a mover nuestras estructuras paradas, depende de una decisión política más que sanitaria. Los salones de fiestas estamos en condiciones de trabajar como bares o restaurantes, esperamos poder comenzar desde allí, pero depende de un decreto que habilite nuestra actividad bajo esa modalidad”, agregó.
El empresario comentó que se reúnen con los ministros de distintos sectores y aclaró que existe un buen diálogo entre las partes. “Somos recibidos, escuchamos, nos escuchan, somos empáticos, entendemos la gravedad y la crisis epidemiológica, pero ahí termina todo. No hay respuestas concretas ni tampoco colaboración. Los salones de fiestas podrían haber sido contratados para abastecer de comida a los centros de aislamientos y personal esencial, quizás ser sede de vacunatorios, ser utilizados como depósitos para alguna eventualidad, esa hubiera sido una ayuda real”, indicó.
“Los salones nunca pedimos dinero solo poder trabajar y tener contención de quienes deciden qué va a ser de nuestras empresas. Nunca abandonamos el respeto y el confiar que pronto será mejor, pero la respuesta concreta no llega y cada día es peor para nosotros”, concluyó Ávila.