Las plantas exportadoras de biodiésel están paralizadas. Son ocho en total, con una capacidad de producción de 4,5 millones de toneladas anuales, pero por la normativa vigente, no proveen al mercado interno, que es abastecido por las pymes regionales, y hoy enfrentan problemas para vender al exterior.
Al cierre del mercado de Estados Unidos para el biodiésel argentino desde abril, cuando el gobierno de Donald Trump fijó un arancel del 72%, se le sumó ahora que los importadores de la Unión Europea paralizaron las compras ante la posible aplicación de una medida antidumping a este combustible.
Esta crisis, llevó a los empresarios del sector a reunirse con los funcionarios de la Secretaría de Energía que maneja Javier Iguacel para pedir que se amplíe el corte obligatorio de 10% de biodiésel al 20% en los combustibles del país. De esta manera, ellos tendrán mercado a quien vender y podría generar una baja de precios en las naftas, analizan.
En esta línea, Luis Zubizarreta, presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), señaló: "Hoy podríamos vender biodiésel a precios en torno de 20 pesos por litro en el mercado doméstico, bien por debajo del valor del gasoil importado, y queremos hacerlo en competencia".
"Los usuarios podrían beneficiarse utilizando un producto ecológico en un corte superior al 10% al que se mezcla por ley el gasoil en la Argentina", dijo según el diario La Nación.
El lunes pasado, el Gobierno oficializó el aumento del 17% en el precio del biodiésel que se utiliza para cortar el gasoil. Pasó de 22.589 a 26.509 pesos. Ese mercado lo abastecen las pymes regionales.