Hace unos días atrás te contábamos que una de las empresas del Grupo Lucci, entró en Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC). Se trata de la empresa Viluco, de capitales tucumanos y ubicada en Frías, Santiago del Estero, que presentó esta situación en la subsecretaría de Trabajo de la provincia.
Al día de la fecha, la situación no hizo más que agravarse poniendo en duda el cierre total de toda la fábrica. Desde el pasado martes, los trabajadores de la planta Viluco comenzaron a bloquear desde ayer la entrada y salida de camiones de la fábrica de biodiesel, mediante quema de cubiertas a la vera de la ruta. La medida se debe a la decisión de la empresa de despedir y pagar sólo el 50% de la indemnización a 117 trabajadores.
La empresa, que contaba con 200 empleados, generó mayor incertidumbre luego de que los 83 trabajadores, que hasta ese momento aún mantenían su puesto de trabajo, recibieron las notificaciones de suspensión.
La empresa alega que se encuentra inmersa en un proceso preventivo de crisis. Pero los sindicatos lo rechazaron. Respondieron que el grupo Lucci incumplió con acuerdos que hacen caer el procedimiento, iniciado en 2016 ante la Secretaría de Trabajo de Santiago del Estero, cuando se produjeron los primeros despidos.
El caso de Viluco es uno de los más extremos del sector, pero también un fiel reflejo de la crisis que están atravesando las pymes productoras de biodiésel, que advierten que ante la caída de la rentabilidad y los precios deprimidos muchas podrían cerrar.
Actualmente en la Argentina hay alrededor de 200 empresas chicas y medianas que vuelcan el 100% de su producción al mercado interno para el corte obligatorio con el gasoil. Pero contrariamente a lo que sucede con los combustibles fósiles, el biodiésel se vende localmente a un precio regulado por el Gobierno que actualmente está muy por debajo de una rentabilidad óptima desde hace varios meses.