Aunque el consumo recuperó niveles previos a la crisis, lleva siete años estancado. Y la inversión sigue siendo baja, representando apenas el 15% del PBI, lejos del 25% o más que muestran países emergentes con crecimiento sostenido.
Sin mejoras estructurales en inversión, productividad y empleo, el crecimiento seguirá siendo débil y de corto plazo.
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