El financiamiento a través de microcréditos explotó hace unos diez años en el mundo, pero en nuestra provincia recién en los últimos años algunas pocas empresas financieras y, principalmente, el Estado empezaron a ofrecer esta herramienta a microemprendedores.
Estas dos tucumanas, cuentan sus experiencias a partir de haber conseguido una pequeña suma de dinero, aportada por el estado. Ambas son la muestra cabal que una buena idea y fuentes para financiarlas, son la mejor forma de terminar con el desempleo en el país.
Alejandra Silva logró comprar maquinaria y herramientas para su taller de producción de vitrofusión, mosaiquismo y pintura artística. Además de la producción de piezas artísticas, se dedica a capacitar y formar a otras mujeres sobre estas modalidades de trabajo.
“En un primer momento, me desempeñé como artesana, luego empecé a dictar clases para formar a otros emprendedores. A través de mis compañeros de feria me entere de los microcréditos y me pareció una excelente noticia, que me permitió ampliar la producción de mi taller de barrio sur”, contó Silva.
Por su parte, Jacinta Gramajo, quien vive en el barrio 260 viviendas, renovará su crédito el próximo viernes. Ella se dedica a la producción de ropa para niños y tejidos de bebé.
“Mi emprendimiento nació hace 12 años y recibimos maquinarias e insumos. Trabajo con mi mamá y mi hija, que son mis pilares. A través de microcréditos compramos el mobiliario necesario. Tengo tres hijos que estudian en la Universidad y junto a mi marido llevamos adelante nuestro hogar, gracias a las políticas que se implementaban hasta hace dos años”, dijo. Ella ofrece su producción en su página de Facebook, JG creaciones, y eventualmente en los espacios que la Dirección de Economía Social dispone en algunas sucursales de los supermercados Carrefour.