En artículos anteriores te contamos de la importancia del elevator pitch, que significa “discurso del ascensor”, para los representantes y dueños de empresas en desarrollo y te dimos algunos tips para mejorar el tuyo. Ahora te traemos otras ocho claves para desarrollar presentaciones efectivas en apenas un minuto.
Casamientos, reuniones sociales, eventos, ferias y cualquier lugar donde tengamos la posibilidad de interactuar con potenciales clientes o inversores son buenos momentos para darnos a conocer y empezar a “vender” lo nuestro.
Para eso es fundamental tener preparado (y ensayado) nuestro discurso para presentar efectivamente nuestro negocio en poco minutos (tres como máximo). A continuación, presentamos algunos consejos para preparar esta fundamental herramienta, y bajar los tiempos de exposición a 60 segundos.
1. El objetivo: con el elevator pitch no buscamos cerrar el negocio en el momento, sino presentarnos y captar la atención de nuestro interlocutor. El objetivo, entonces, es generar el suficiente interés para poder concretar una reunión o charla telefónica posterior para poder ampliar.
2. Empezar por lo central: como no sabemos cuánto va a durar el interés de nuestro interlocutor, debemos empezar por lo más importante, es decir, nuestro nombre, el de la empresa y a qué se dedica nuestro emprendimiento. Esta parte debería llevar como máximo un minuto.
3. Transmitir y destacar las fortalezas: una vez que quedaron claros los servicios o productos que ofrecemos, llega el momento de aportar datos que consideremos importantes de transmitir, como la antigüedad del emprendimiento, los principales logros, los clientes, ejemplos concretos de los productos o servicios, o cuál es el valor diferenciador que ofrecemos. Por supuesto, debemos transmitir y centrarnos en aquellas características que consideramos que son nuestras fortalezas.
4. El último acto: sobre el final llega el momento de conseguir el objetivo, así que además de agradecer por el tiempo dedicado, podemos sugerir la posibilidad de conversar más extensamente sobre el tema. Ese es el momento de entregar la tarjeta personal, y tratar de conseguir la de nuestro interlocutor, con el fin de lograr un contacto posterior. Por más que estemos tentados, debemos saber terminar la exposición a tiempo, mientras conservemos la atención del otro, así que evitemos irnos por las ramas, con detalles, ejemplos innecesarios o cifras complicadas de retener.
5. Hablar claro y estar tranquilos: no se trata de un monólogo que hay que repetir mecánicamente y a las apuradas para que tenga una duración menor. Lo ideal es hablar de manera natural, utilizando pausas y acompañando lo que decimos con un adecuado lenguaje corporal.
6. El trabajo previo: lograr un elevator pitch claro y poder llevarlo adelante con naturalidad es una tarea ardua. Por eso es recomendable puntear lo que queremos decir, escribir el discurso, leerlo en voz alta, ensayarlo, corregirlo, y practicarlo frente a conocidos para que nos den su opinión. Probablemente hagan falta varias versiones hasta llegar a una que nos convenza, pero el esfuerzo en este sentido vale la pena.
7. Tener variantes: lo ideal es tener preparado más de un elevator pitch que nos sirva para diferentes ocasiones. No es lo mismo si estamos frente a un potencial cliente, buscando inversores o algún acuerdo comercial. Así, dependiendo la ocasión, podremos usar el discurso que mejor se adapte.
8. Un ejemplo: si bien no hay una única fórmula, ofrecemos un ejemplo de un elevator pitch como punto de partida: “Hola, soy __________, Director de la empresa _____________, y nos dedicamos a __________. Ayudamos a nuestros clientes a _________aplicando nuestra amplia experiencia y conocimientos en _________. Por ejemplo, trabajamos para las firmas __________, con las que logramos ____________. Si te parece podemos concretar una reunión para que te pueda comentar más en detalle nuestra propuesta”.