La noticia golpea fuerte a la región:
El evento generaba miles de puestos de trabajo, turismo, ocupación hotelera y un enorme impacto económico que se extendía a todo el Norte Grande.
Con una propuesta millonaria, la Ciudad de Buenos Aires ofreció un nuevo escenario, dejando atrás al circuito santiagueño, reconocido por su calidad y organización.
El cambio también responde a la falta de apoyo nacional y a la intención porteña de atraer futuros eventos como la Fórmula 1.
Así, el Norte pierde mucho más que una carrera.
Pierde visibilidad internacional, inversión y una oportunidad clave de desarrollo regional.
¿Volverá alguna vez el semáforo a ponerse en verde para Termas?
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