Los anuncios del presidente de la Nación, Mauricio Macri, pasaron desapercibidos para muchos de los presentes, pero en Tucumán una de las frases que mencionó el mandatario encendieron las luces de alarma entre el empresariado tucumano. No es para menos, podría afectar de sobremanera al futuro económico de Tucumán.
“También les pido que trabajemos juntos para combatir la malnutrición y la obesidad infantil, que afecta más a los que menos tienen. En la Argentina 4 de cada 10 chicos están malnutridos. Somos el país con mayor obesidad infantil en América Latina y, aunque sorprenda, somos uno de los 4 países que más azúcares consume en el mundo”, dijo Macri.
Puede sonar como una gran propuesta, pero fue el mismo argumento que utilizó Córdoba para sacar los sobres de azúcar de las mesas de los bares, lo que generó una psicosis en contra del uso del endulzante natural y a la postre, si se generaliza podría redundar en una grave crisis para la principal industria provincial, que ya viene de capa caída por el cierre de factorías azucareras en las provincias vecinas.
El impuesto a las bebidas azucaradas fue la primera aproximación a lo que podría ser una serie de medidas que demonicen al uso del azúcar como endulzante, además apoyado por el gigante de gaseosas Coca-Cola que ya empezó a utilizar edulcorantes varios en su línea de gaseosas.
Si se confirman los peores pronósticos a Tucumán llegan los recuerdos de 1966 cuando el presidente Onganía, so pretexto de diversificar la industria, propició el cierre de 11 ingenios provocando la peor crisis laboral de la historia provincial.