Este tipo de financiamiento está permitiendo a más familias planificar obras completas o ampliaciones de manera estructurada, lo que beneficia tanto al sector inmobiliario como a fabricantes y distribuidores. La reactivación del mercado de la construcción genera un impacto económico significativo, consolidándose como motor clave en la economía.
Sin embargo, la alta demanda podría influir en los precios, aunque la competencia en el sector podría ayudar a mantenerlos estables. La construcción, impulsada por estos créditos, sigue siendo esencial para facilitar el acceso a la vivienda propia y dinamizar el mercado.