El día de ayer ingresar a San Miguel de Tucumán fue un verdadero caos. Los ciudadanos, principalmente del este de nuestra provincia, debieron armarse de paciencia y cumplir con las diferentes formas de cruzar los accesos a la Capital tucumana para concurrir a sus lugares de trabajo o simplemente para realizar cualquier trámite en la Ciudad.
Todo lo mencionado anteriormente se debió al reclamo del Sindicato de Peones de Taxis de Tucumán, quienes demandan mayor seguridad para los choferes de taxis, luego del asesinato, el pasado fin de semana, de Víctor Hugo Graneros quien fue apuñalado dentro de su taxi en la zona de Alderetes.
Este hecho suscitó un fenómeno que de a poco parece comenzar a hacerse habitual en nuestra provincia: reclamos, paro, manifestaciones y cortes de calle. Ante esto lamentablemente los únicos perjudicados son los ciudadanos que poco tienen que ver en estos asuntos.
La semana pasada, los encargados de realizar protesta fueron los bancarios, quienes desde comienzo de año están en plan de lucha con los empresarios en busca de un acuerdo paritario que responda o se asemeje al planteado desde La Bancaria, gremio que nuclea a los empleados de banco. En este caso se decidió restringir la atención al público, medida que continuó durante esta semana, con un paro con cese de actividades por 48 horas y que dio inicio ayer.
Un día antes del reclamo de los bancarios, el día jueves familiares, amigos y compañeros de los policías asesinados en el Parque 9 de Julio marcharon para pedir que mayor seguridad para los efectivos que patrullan la provincia y justicia por el doble homicidio. Lo hicieron sobre las calle de la Plaza Independencia para luego apostarse sobre calle San Martín al frente de Casa de Gobierno.
Días atrás desde la Unión Tranviarios Automotor (UTA) reclamaban el pago de la mitad de aguinaldo faltante a los choferes por lo que se tomó la resolución de realizar medidas de fuerza que produjeron los usuarios se queden sin el servicio de transporte por más de 24 horas. No obstante esto, algunos choferes estacionaron los colectivos sobre puntos cruciales para la circulación del tránsito como el Parque 9 de Julio y la calle Crisóstomo Álvarez, entre otros puntos de la Ciudad, estacionando en algunos casos en doble fila, generando caos y provocando el enojo de los transeúntes.
Estos antecedentes de los más recientes, entre muchos otros, reflejan la realidad con la cual debe acostumbrarse a convivir la provincia y, lo que es peor, cada vez con mayor frecuencia. Desde un tiempo a esta parte, el clima político acentuado a nivel nacional, comienza a verse reflejado con mayor aumento en nuestra provincia. Tal y como estamos acostumbrados a ver lo que sucede en el resto del país, los cortes, manifestaciones, marchas, etc., ante cualquier reclamo, comienzan a verse reflejado en mayor medida con más habitualidad en nuestra provincia.
Ante cualquier reclamo las personas se adueñan de las principales calles de la provincia permitiendo que se ocasione un caos generalizado con innumerables consecuencias para el resto de los ciudadanos que acompañan o no los reclamos. Existen múltiples respuestas para tratar de explicar este fenómeno, sin embargo sería prácticamente imposible encontrarle objetividad alguna. Lo que sí se puede deducir de esto, que los únicos que se ven afectados ante esto son los ciudadanos que de manera indirecta sufren las innumerables consecuencias a causas de estos hechos.
Es necesario hacer la salvedad de que un denominador casi común en las últimas manifestaciones fue el tema seguridad. Los hechos delictivos comenzaron a tomar relevancia debido a la violencia y a la repetitividad con la que ocurren y en la mayoría de los casos se exige a los políticos que actúen para proteger a los ciudadanos. Si bien es cierto que conformar a toda la sociedad es imposible, el Gobierno debe, con mayor compromiso, tomar cartas en el asunta y brindar respuestas concretas a los reclamos planteados los ciudadanos.
Tu opinión enriquece este artículo: