Su presencia constante en redes —especialmente en TikTok—, donde muestra recorridos, obras y momentos cotidianos, transformó la manera en que un municipio dialoga con sus vecinos… y con el país.
Definida por La Nación como la “intendenta tiktoker”, Chahla entendió que en la era de la inmediatez, la gestión se valida también por la forma en que se cuenta. No hay intermediarios, ni discursos filtrados: hay cámara, territorio y cercanía.
“Nosotros salimos al territorio y de eso extraigo el contenido, de la realidad, del día a día. Es la única manera de conocer la realidad de la gente”, repite como mantra la jefa municipal.
El caso Chahla trasciende la anécdota de los videos virales: es un modelo de comunicación política 3.0 que pone a Tucumán en el mapa de las nuevas prácticas de gestión pública con rostro digital.
Lo que sí es seguro es que los tiempos cambiaron y los clics aparentemente también votan.
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