“En nuestro rubro no hay reinvención ni recursos para seguir”: la dura realidad de los empresarios de salones de fiesta

Desde el sector le solicitan al COE que promuevan estos lugares de entretenimiento seguro, ayuden con los controles y no restrinjan nuevamente esta actividad. 

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Ante la posibilidad (cada vez más concreta e inminente) de restringir nuevamente ciertas actividades nocturnas ante el aumento de casos de coronavirus, el sector de salones se mantiene en alerta. Sucede que, desde la llegada de la pandemia, la industria no la pasa para nada bien. IN Tucumán dialogó con Jorge Ávila, propietario de Keké Salones de Fiestas, quien expresó esta realidad. 


“Fueron meses muy difíciles económicamente hablando. Tuvimos que poner en condiciones nuevamente la parte edilicia de los salones que habían estado sin actividad más de 10 meses, con toda la carga económica que eso conlleva: los materiales y mano de obra. Fue un desafío rearmar el equipo de trabajo que había migrado a otros sectores por la falta de trabajo. Otro gran desafío fue comenzar a hacer los eventos 2020 reprogramados para este año, con tarjetas pagadas a valor histórico que solo representó grandes pérdidas económicas para las arcas casi vaciadas por la gran inactividad, sumado los sueldos muchos más altos que había que pagar por la gran inflación. El balance económico fue sumamente negativo, pero era el modo de comenzar y sabíamos que iba a ser así”, señaló el empresario. 

Respecto a la posibilidad de una nueva restricción y paralización de la actividad desarrollada por el sector, reconoció la alta probabilidad de que ello suceda y lamentó que ello suceda augurando un crítico futuro. “La posibilidad de que cierren nuestra actividad es muy alta por el gran número de contagios que se están dando en los últimos días, que resultarían en pérdidas ya irreparables. ¿Qué haremos los salones de fiestas?, a esta altura ya nada. En nuestro rubro no hay reinvención ni tampoco recursos ya para seguir. Sería terminar con las esperanzas de un 2021 de recuperación”, indicó.

“El número de salones de fiestas que cerraron creció sin dudas, para muchos fue imposible volver a comenzar. Muchos salones estamos ayudándolos prestándoles nuestros salones para que puedan cumplir con sus compromisos habiendo perdido sus espacios. Es muy triste ver a colegas que no pudieron resistir. Hoy no sé qué decirte, peleamos duro el año pasado, pensando que este iba a ser mejor, y sigue la incertidumbre. Las esperanzas nunca se acaban y cada vez tomamos más fuerzas apoyándonos entre todos. Los eventos como eran pre-pandemia estamos seguros que no volverán a ser iguales por un buen tiempo, no por lo menos en este año. El gran desafío hoy es convencer y negociar con nuestros clientes para que asuman que el momento en el que vivimos nos obliga a hacer cambios en el formato y horarios, y que no por eso su fiesta será aburrida. Puedo decirte que el post evento es pura gratitud y reconocimiento a la empresa y el equipo de trabajo, por el esfuerzo y responsabilidad social”, añadió.

Ávila también lamentó que se mencione las reuniones sociales como las que se llevan el 70% de la responsabilidad por la ola de contagios y apuntó contra las fiestas clandestinas. “Nosotros desde los salones habilitados trabajamos con responsabilidad para que esto no suceda, eso puedo garantizarte. Recibimos evento a evento controles municipales, policiales y del IPLA para supervisar el cumplimiento de los protocolos. Sabemos quién es cada uno que ingresa al salón, personal e invitados. Puedo asegurarte que trabajamos al 50% de nuestra capacidad y que también nos duele profundamente saber que alguien se contagió en alguna fiesta, pero también duele ver a la gente que muestra desinterés por el cuidado, no solo en fiestas sino en todo lugar”, precisó. 

“Creo que el desacierto de los responsables de los cuidados y restricciones fue muy grande. En este tiempo existe un nuevo rubro y muy rentable llamado ‘fiestas clandestinas’, donde verdaderamente no hay controles de ningún tipo y casi nulas las sanciones. Cuando terminamos nuestras fiestas a las 2am con el gran esfuerzo que conllevan, arrancan las clandestinas hasta las 6am. Allí se termina todo lo moral y lo ético no sólo por parte de los que alquilan esos lugares, sino también de la gente que demuestra cero empatía por sus seres queridos que visitan al día siguiente”, añadió. 


Lejos de que este tipo de reuniones lleguen a su fin, el empresario avizoró que aumentará la clandestinidad en caso de anunciar nuevas restricciones. “Si los salones cierran, se incrementarán estas fiestas y verdaderamente serán imparables los contagios. Pedimos a COE que promuevan los lugares de entretenimiento seguro, que nos ayuden con controles permanentes y se alíen a nosotros, porque la gente quiere entretenerse y si cierran salones van a hacerlo en esos lugares como pasó en toda la cuarentena, mientras muchos los salones morían”, cerró Ávila

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