La biomasa, el futuro de la energía y la economía tucumana

Una entrevista al ingeniero tucumano Martín Rearte, publicada por la agencia de noticias estatal, da cuenta de la importancia del desarrollo de esta nueva tecnología.

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La biomasa deriva, de modo directo o indirecto, de las plantas y puede ser utilizada para la generación de energía o para producir diferentes materiales En términos más amplios, se conoce como biomasa a toda materia orgánica de origen vegetal o animal, y a la obtenida a partir de ésta mediante transformaciones naturales o artificiales.

Tradicionalmente la manera de aprovechar la energía contenida en la biomasa es en su forma sólida como la leña, pero gracias al desarrollo tecnológico podemos obtener energía a partir de la biomasa agroforestal en formato de chips, pellets y briquetas desde una gran variedad de residuos de cosecha, como así también de subproductos de la actividad agroindustrial.

También existen tecnologías para aprovechar la biomasa en forma líquida o con mayor contenido de humedad, como el etanol (a partir de cultivos como caña de azúcar, maíz, trigo) y el biodiesel (a partir de oleaginosas como palma aceitera, jatrofa, girasol, soja); y en forma gaseosa, como el biogás derivado de la descomposición biológica de la biomasa; o bien el gas de síntesis a partir de procesos termoquímicos como la pirólisis o gasificación.

Por años, la Argentina ha sido objeto de estudios para cuantificar la disponibilidad de fuentes renovables. En el caso de la biomasa, el Informe WISDOM de la FAO con el INTA ilustra particularmente la oferta y demanda de los recursos biomásicos en todo el país, hoy considerados residuos en su mayoría. Estos estudios, sumados al trabajo de campo que realiza el INTI en un gran espectro de industrias agroforestales, muestran un importante potencial no sólo para la generación de energía eléctrica sino para el desarrollo del sector térmico.

De acuerdo al mapeo del consumo de biomasa con fines energéticos se estima en alrededor de 8 millones de toneladas, equivalentes a 2400 tep/año (unidad que indica la energía que rinde una tonelada de petróleo), de las cuales 2,1 millones de toneladas provienen del sector residencial, 3,9 millones toneladas del sector comercial y 2 millones de toneladas se utilizan en el sector industrial.

En un marco energético con diversas problemáticas productivas, muchas agroindustrias presentan, además de la generación de residuos no aprovechados, problemas asociadas a los cambios en el mercado de consumo y elevados costes energéticos. Aprovechar estos residuos como parte de su ciclo productivo puede generar mejoras de rentabilidad, nuevos puestos de trabajo, diversificación de actividades que ayudan a la economía regional y a la mitigación de impactos ambientales, todo a partir del aprovechamiento de recursos renovables de disponibilidad local.

El INTI y la Bioenergía

La demanda general de servicios al INTI del sector agro y foresto industrial en los últimos años, más aún a partir de la reglamentación de la Ley 27.191, del "Régimen de Fomento Nacional para el uso de Fuentes Renovables de Energía destinada a la Producción de Energía Eléctrica "señala una necesidad creciente de innovaciones tecnológicas asociadas al campo de los recursos biomásicos para cumplir con el porcentaje previsto para las licitaciones del Plan RenovAR a partir de biomasa que requieren, por un lado, de especialistas para brindar servicios tecnológicos de caracterización del recurso, y por otro lado, del desarrollo de una normativa para la correcta valorización de biocombustibles derivados de la biomasa contemplando los beneficios económico-ambientales que conlleva el aprovechamiento de estos recursos.

Por último, también es necesaria una oferta nacional de maquinaria y equipos para adecuar y dar valor a los diferentes recursos biomásicos, ya sea como energía o para otras aplicaciones industriales. Estos tres pilares son claves para alcanzar una autonomía tecnológica, que impulse el sector bioenergético, aún en desarrollo.

Dada la accesibilidad del recurso y su dispersión territorial, la biomasa puede ser claramente la base de un sector bioenergético. Con la mirada puesta no sólo en la generación de energía eléctrica sino también al desarrollo de soluciones tecnológicas para el sector térmico en el cual el INTI ya trabaja (tanto en el desarrollo de biocombustibles sólidos como en los equipos para su uso en escala domiciliaria) y asiste a las empresas que cuentan con equipos nacionales para uso industrial.

El INTI desde su Red de BIOMASA, desde 2010 trabaja en tecnologías y metodologías para el aprovechamiento de recursos biomásicos en diferentes sectores industriales, como ser el sucro-alcoholero, el cerealero, el citrícola, la industria yerbatera o la industria desmotadora de algodón, la foresto industria, entre otras. Cuenta con más de 30 profesionales, en todo el país, que día a día trabajan en este tipo de empresas acercando soluciones tecnológicas para dar valor a estos recursos.

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