En medio del ruido desatado por la cripto-estafa y la designación por decreto presidencial de dos miembros de la Corte Suprema de Justicia, el Gobierno reafirmó su política de apertura de la economía. La idea es utilizar la facilitación de importaciones como una herramienta para combatir la inflación, pero hay que tener en cuenta que lo hace en un contexto de apreciación del tipo de cambio real y escasez de divisas, lo cual conlleva riesgos que no deberían subestimarse.
Si bien esta estrategia puede tener un impacto deflacionario en el corto plazo, su efectividad dependerá de la capacidad del país para generar divisas y evitar presiones sobre el tipo de cambio. Además, es crucial complementar la apertura comercial con reformas estructurales que aumenten la productividad y la competitividad del sector privado, así como con políticas macroeconómicas que mantengan la estabilidad y la credibilidad. Veamos:
Algunas consideraciones teóricas
La apertura comercial, entendida como la reducción de barreras arancelarias y no arancelarias a las importaciones, puede influir en los precios domésticos a través de varios mecanismos:
a. Competencia y Presión a la Baja de Precios
- Teoría de la competencia: Al facilitar las importaciones, se incrementa la oferta de bienes en el mercado doméstico, lo que intensifica la competencia. Esto puede llevar a una reducción de precios, especialmente en sectores donde los productores locales tienen poder de mercado (monopolios u oligopolios).
- Efecto sustitución: Los consumidores pueden sustituir bienes locales por importados más baratos, lo que fuerza a los productores domésticos a reducir márgenes de ganancia para mantener su participación en el mercado.
b. Transmisión de Precios Internacionales
- Deflación importada: En un contexto de apreciación del tipo de cambio real, los bienes importados se abaratan en términos de la moneda local. Si las importaciones representan una porción significativa de la canasta de consumo, esto puede ejercer presión a la baja sobre la inflación doméstica.
- Efecto arrastre: La reducción de precios en sectores clave (como bienes intermedios o insumos) puede transmitirse a otros sectores de la economía, generando un efecto deflacionario generalizado.
c. Eficiencia Productiva y Reducción de Costos
- Acceso a insumos más baratos: La facilitación de importaciones permite a las empresas locales acceder a insumos y bienes de capital más baratos, lo que reduce sus costos de producción y, en consecuencia, los precios finales.
- Innovación y productividad: La mayor exposición a la competencia internacional puede incentivar a las empresas locales a mejorar su eficiencia y productividad, lo que también contribuye a reducir precios.
Pero, la apertura como instrumento para bajar la inflación tiene sus limitaciones en contextos de escasez de divisas como el actual:
- Restricción externa: la apertura comercial puede generar un aumento en la demanda de dólares para financiar las importaciones. Si no hay un flujo suficiente de divisas (por ejemplo, a través de exportaciones o inversión extranjera), esto puede generar presiones sobre el tipo de cambio y, eventualmente, sobre los precios.
- Efecto inflacionario de una potencial devaluación: incluso antes de que la escasez de divisas lleve a una depreciación del tipo de cambio, las expectativas de que ella se torne inexorable pueden presionar sobre los precios locales; además, el abaratamiento inicial de las importaciones puede revertirse, generando inflación importada.
- Efectos sobre la actividad económica: en sectores donde la competitividad es baja o donde la estructura de costos es muy rígida (por impuestos elevados o regulaciones laborales), la competencia de importaciones puede generar problemas de empleo e inversión. En un contexto como el actual, esto podría debilitar la recuperación del crecimiento.
Evidencia Empírica
La apertura comercial ha sido utilizada en diversas economías como una herramienta para reducir precios internos y mejorar la competitividad. Sin embargo, su éxito depende en gran medida del contexto macroeconómico en el que se implementa.
En casos como Chile, México y Perú, la liberalización de importaciones ayudó a contener la inflación sin comprometer la estabilidad externa. Chile logró una apertura gradual con disciplina fiscal y acumulación de reservas, lo que permitió sostener la competitividad sin generar desequilibrios. México, tras el NAFTA, experimentó una caída de precios en bienes de consumo, aunque la crisis del Tequila mostró la vulnerabilidad de una apertura sin estabilidad cambiaria inmediata. Perú combinó su apertura con reformas estructurales, lo que permitió sostener los beneficios de menores precios sin comprometer la estabilidad del tipo de cambio.
Por el contrario, otros países sufrieron dificultades al implementar la apertura en contextos de apreciación cambiaria y escasez de divisas. Argentina, durante la Convertibilidad, logró abaratar bienes importados, pero la falta de flexibilidad cambiaria y el déficit en cuenta corriente terminaron en una crisis de balanza de pagos. Brasil, tras el Plan Real, enfrentó un proceso similar: la apertura inicial redujo la inflación, pero la sobrevaluación del real llevó a un colapso del tipo de cambio en 1999. Turquía, entre 2010 y 2018, vivió un escenario donde la apreciación cambiaria y la apertura redujeron los precios internos temporalmente, pero la falta de reservas y un creciente déficit externo desembocaron en episodios de crisis.
En síntesis, la apertura comercial puede ayudar a bajar la inflación en el corto plazo, pero no reemplaza una estrategia integral de estabilización y crecimiento. La evidencia muestra que cuando un país con escasez de reservas abre sus importaciones sin fortalecer sus fuentes de divisas, el déficit externo tiende a expandirse.
Dado que Argentina tiene reservas netas negativas y enfrenta dificultades para acumular divisas, la presión sobre el sector externo puede volverse un factor crítico en los próximos meses. Asimismo, la historia económica muestra que cuando la apertura se usa como un atajo sin atender los problemas estructurales subyacentes, el alivio inicial suele ser seguido por desequilibrios que comprometen la estabilidad de largo plazo.
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