La fase II del programa de estabilización y su impacto económico
De la mano de la fase II del programa de estabilización que arrancó en julio pasado, la inflación se movió hacia el umbral del 2% mensual y el riesgo país perforó barreras impensables unos meses atrás. Recordemos que dicha fase tuvo como eje central el cierre de todos los grifos de emisión monetaria y se había fijado como objetivo la descompresión de las tensiones cambiarias.
Más precisamente, un objetivo explícito de la fase II era la reducción de la brecha entre el dólar oficial y los libres. Y acá también podemos decir que los resultados se ajustan a los buscados. De allí, la satisfacción oficial con las dinámicas macro actuales las que por cierto se refuerzan unas y otras. Una brecha más baja descomprime expectativas inflacionarias mientras que detrás de la caída del riesgo país, el ingreso de divisas ayuda a deprimir el valor de las cotizaciones cambiarias y permite al BCRA acumular reservas.
Dudas sobre la sustentabilidad de las políticas cambiarias y la canalización del ahorro
Más allá de algunas dudas que subsisten respecto de la sustentabilidad de la política cambiaria, léase cepo más un peso fuerte o apreciado en términos reales, es lógico que surja el interrogante de qué hacer o hacia dónde canalizar los ahorros, sobre todo los que están en dólares. Tantos años de extrema volatilidad han hecho que los argentinos nos comportemos con extrema cautela a la hora de elegir en qué invertir.
Es bien sabido que un error o un descuido nos puede llevar a que echemos por la borda varios años de esfuerzo laboral y de contención de la satisfacción que produce el consumo. Está claro que ahorramos hoy para consumir mañana, siempre y cuando ese ahorro haya mantenido su valor, su poder adquisitivo en el futuro.
El atractivo del ahorro en dólares y la apuesta por un peso fuerte
En tal sentido, con las políticas actuales, el atractivo de ahorrar en dólares se ve reducido. Además el presidente y su ministro han declarado en numerosas oportunidades que confían que la Argentina puede crecer con un peso fuerte (más fuerte que el actual) y que debemos acostumbrarnos a él. Lo cual es cierto, incluso para quienes cuestionamos la política cambiaria oficial.
Nuestra principal diferencia con el Gobierno es que ese peso fuerte debe ser el punto de llegada y no el de partida del cambio de régimen económico que pretende llevar adelante el presidente Javier Milei. Pero ya sea una cuestión de corto o mediano/largo plazo, en la medida que el Gobierno mantenga su actual determinación en materia fiscal, cambio estructural y reforma del Estado, el escenario más probable coincide con el que plantean tanto Milei como Caputo.
Teorías de inversión y la asignación del ahorro en un portafolio
Son muchas las teorías que se ocupan de las decisiones de inversión y de asignación del ahorro en un portafolio o cartera de inversiones. La mayoría trabaja con la disyuntiva entre riesgo y rendimiento que es inherente a los activos que pueden formar parte de una cartera. Puede ser que la mayoría de los lectores no conozca dichas teorías, pero de una u otra manera las apliquen.
Un primer paso a la hora de elegir en qué invertimos nuestros ahorros es preguntarnos cómo dormimos más tranquilos, si comprando dólares, bonos, acciones, activos en el exterior o ladrillos (propiedades). Y decidimos en función de nuestras observaciones pasadas, de nuestro juicio acerca de la coyuntura económica, política e internacional y de lo que leemos o escuchamos a diario. Toda esa información la procesamos y se convierte (sin que lo sepamos o racionalicemos) en los mismos elementos que toman las teorías de selección de inversiones (retornos promedios históricos, volatilidad o sea riesgo, retornos esperados, etc.).
La teoría moderna de portafolio y el modelo CAPM
Según la teoría moderna de portafolio de Harry Markowitz, los inversores buscan construir una cartera eficiente que maximice los retornos esperados para un nivel dado de riesgo o minimice el riesgo para un nivel esperado de rendimiento. Esta teoría introdujo conceptos clave como la diversificación, que reduce el riesgo total de una cartera al incluir activos cuyos rendimientos no están perfectamente correlacionados.
Otra contribución fundamental es el modelo de valoración de activos financieros CAPM (por sus siglas en inglés), que evalúa el rendimiento esperado de un activo en función de su riesgo sistemático (o beta) y de la rentabilidad esperada del mercado. En términos simples, el CAPM establece que los activos más riesgosos deben ofrecer mayores retornos para compensar al inversor por asumir dicho riesgo.
En la práctica, los inversores enfrentan una tensión constante entre buscar activos con altos rendimientos potenciales y evitar aquellos con una volatilidad excesiva. En Argentina, esta tensión se magnifica por la histórica inestabilidad macroeconómica, lo que ha llevado a que los ahorristas prioricen opciones percibidas como "seguras", como el dólar o las propiedades inmobiliarias, sobre otras alternativas.
Inversión en inmuebles: estabilidad y protección del ahorro
Esta última, la inversión en propiedades, ha demostrado ser una de las decisiones más sólidas y confiables para proteger el valor del ahorro. Pero, ¿qué hace que las propiedades, especialmente las de alto valor, sean una opción tan atractiva?
En primer lugar, las propiedades suelen ser menos sensibles a las fluctuaciones económicas de corto plazo en comparación con otros activos financieros. Además, en Argentina su valor ha tendido a ajustarse a la inflación, protegiendo el poder adquisitivo de quienes invierten en ellas. Incluso, en contextos de apreciación cambiaria, las propiedades han demostrado ser más estables que otras opciones de inversión. En un país como el nuestro, donde las condiciones económicas pueden cambiar rápidamente, los bienes raíces combinan seguridad, preservación de valor y, en el contexto actual, claras oportunidades de apreciación. Sobre todo si se trata de propiedades en ubicaciones privilegiadas y de alto valor, que por lo general no abundan y que pueden verse beneficiadas en un contexto de estabilidad duradera en el cual el crédito hipotecario deje de ser una rareza y adquiera las características que tiene en otras partes del mundo.
La inversión en ladrillos: más que una opción económica, una estrategia cultural
Por último, para los argentinos, la inversión en ladrillos es más que una decisión económica; es una estrategia culturalmente enraizada que refleja nuestra necesidad de estabilidad y control en un entorno de incertidumbre.
En este sentido, y ante las actuales políticas económicas, apostar por el real estate no solo se trata de una opción lógica, es también una jugada estratégica para quienes buscan maximizar su tranquilidad financiera a largo plazo.
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