Con la idea de convertir un producto en negocio, AETTI inauguró un moderno bar inclusivo

El local abrió sus puertas el viernes pasado en la capital tucumana y nuestro medio estuvo presente. Conocé la linda historia que hay detrás de su creación.

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Tarde soleada en la capital tucumana,  el ruido de los motores de cada vehículo que transita las primeras cuadras de la calle Córdoba y atravesado en el ir y venir de los padres que buscan a sus hijos el establecimiento educativo cercano, justo ahí, en la Córdoba casi Monteagudo, y con un aura totalmente positiva e innovadora se emplaza UP, un bar inclusivo que surgió como proyecto de la incubadora AETTI y que apuesta a convertirse en un gran negocio.

Omar Rivas, titular de la Asociación de Empresas Tucumanas de Tecnología de la Información (por eso sus siglas AETTI), nos recibe muy amablemente y nos cuenta que hace ya un par de años vienen trabajando en la “innovación, en sacar un producto y convertirlo en un negocio” como foco. “A nuestros proyectos del día a día tratamos de darle alguna vuelta y hacerlos distintos a lo que sería un netamente tradicional” indicó.

Sin embargo, antes de continuar con la entrevista, Omar invita a la mesa a Alberto y Gabriela quienes fueron artífices claves en el desarrollo de este proyecto. Es justamente la historia de Alberto, la que inspiró a la creación de este ambicioso plan. “La verdad que la pasé muy mal en un momento de mi vida y este proyecto significó una nueva oportunidad para mí” expresó.

Es que si de historias dramáticas se trata, Alberto fue partícipe de una de ellas. Se crió en un ambiente familiar en donde se ejercía violencia de género y en donde tuvo la desgracia de conocer la droga a los 8 años. “Formé un matrimonio de 12 años pero por el tema de las adicciones llegue a perder a mis hijas durante 14 años no sabía nada de ellos. Por eso yo creo que a él (Omar) le habrán dicho vos estás loco por apostar a personas que estuvieron casi toda su vida en la droga” expresó.

Y es justamente ahí donde apunta el foco de estos nuevos proyectos de AETTI, centrarse en la gente de la calle, que no tiene las mismas posibilidades que otros ciudadanos, y brindarles la oportunidad de emprender en un negocio propio que les produzca un cambio positivo en su vida. “Como Alberto, hay muchas personas que no tienen la contención y oportunidades que tienen la mayoría. Nuestra intención es provocarles un cambio a ellos, rodearlos de gente buena y darle la oportunidad de ser un emprendedor exitoso” afirmó Rivas.

Por su parte Gabriela, es biotecnóloga y forma la tercer parte de este triángulo emprendedor. “Yo ya había trabajado con Omar en el área de biotecnología y cuando salió el emprendimiento sentí una gran emoción saber que podía trabajar con gente así, que más allá de lo económico, te suman mucho como persona” aseguró la científica. En este sentido, Gabriela agregó: “La principal barrera que tenés que vencer es el miedo y la seguridad de cómo lo vas a hacer o cómo va a salir”.

Mientras la gente va llegando tímidamente de a poco al lugar, los principales autores de este proyecto aclaran que el bar ofrece una serie de valores, dónde está la inclusión el servicio pero también el mejor precio. Aseguran que la intención primaria es estabilizarse y de ahí continuar esta apuesta que tiene a largo plazo construir un producto franquiciable en toda la región, sabiendo que les espera un arduo trabajo.

“Emprender es todo lo contrario a la relajación porque trabajas más en relación de dependencia. Es estar sábados, domingos, privarte de algunas cuestiones, pero cuando eso próspera ya empezás de una manera u otra a tener más tiempo para vos mismo. Emprender te da ciertas libertades obviamente que exige un nivel de compromiso, al principio, mucho más importante que después cuando prospera te da una satisfacción personal tremenda.

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