Por efecto de una actualización de impuestos que no llegó al precio en su totalidad con el incremento de marzo, y el ascenso que en las últimas semanas exhibieron el dólar y la cotización del crudo internacional, abril llegará con un nuevo aumento en los combustibles líquidos que se comercializan en la Argentina.
Tres organizaciones diferentes que nuclean a los estacioneros de todo el país, confirmaron el aumento que, adelantaron, no será menor al 4% y se aplicará durante la primera semana del próximo mes.
El aumento en cuestión, señalan con gran preocupación los estacioneros, llegará en el peor momento de la comercialización de los últimos cinco años. Con el cierre de marzo, según consignan los empresarios de la venta de naftas, se completarán 6 meses de resultado negativo en lo que hace a la venta de combustibles.
Guillermo Lego, gerente de CECHA (confederación que integra a los expendedores, señalan que desde septiembre de 2018 a hoy) afirmó al sitio iProfesional que "nas naftas vuelven a aumentar en abril, en parte por la variación del crudo y del dólar, además de la cuestión de impuestos que quedó pendiente. Pero más allá de las causas, está claro que será muy negativo para el sector. La demanda está cayendo a niveles de hace cinco años y nada nos hace suponer que esto cambiará en breve. Con otra suba, los números van a empeorar".
Por su parte desde la federación de expendedores FECAC aseguran: “el problema es la retracción del consumo. No sabemos a qué recurrir para vender más de lo que se puede. El inconveniente es que los aumentos de precios también afectan al estacionero, ya que debe pagar más por un combustible del cual está vendiendo cada vez menos. Hoy, la mayoría de las estaciones de servicio están operando por debajo del punto de equilibrio financiero".
Por otro lado, se multiplican los empresarios que mantienen suspendidos los pagos con tarjeta de crédito. El argumento al que apelan los estacioneros para justificar la medida guarda relación directa con los plazos fijados por firmas como Prisma, emisora de la tarjeta Visa, para rendir las operaciones abonadas con este instrumento de pago.
Según los principales jugadores del sector, la liquidación cada 28 días establecida por el sistema les genera una fuerte pérdida de rentabilidad, dado que mientras esperan recibir esos fondos, les suben los costos.
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