Hacia una tendencia mundial de consumo: la industria tucumana se arraiga a las buenas prácticas agrícolas

Desde el 2020 esta modalidad es obligatoria, aunque hace tiempo los productores tucumanos trabajan en la materia. ¿De qué manera impacta en la producción?

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A principios de año, entró en vigencia la Resolución 5/2018, medida que incluyó en el Código Alimentario Argentino (CAA) la obligatoriedad de las buenas prácticas agrícolas en la producción primaria (cultivo-cosecha) de frutas y de hortalizas desde el 4 de enero de 2021 en su almacenamiento hasta su comercialización dentro del establecimiento productivo. Desde IN Tucumán dialogamos con José Daniel Rodríguez Vidal, funcionario del Ministerio de Agricultura de la Nación, para que nos brinde detalles sobre esta cuestión.


“Las Buenas Prácticas Agrícolas establecen criterios de trabajo en la producción frutihortícola que permiten asegurar la inocuidad de los alimentos, como también para contribuir con la preservación y manejo racional de los recursos del suelo, agua y energía. Estas prácticas son beneficiosas para quienes trabajan en la finca como para los consumidores”, explicó.

En este sentido, precisó cómo impacta esto en la producción final y remarcó la importancia de la adaptación a este sistema: “Esto incide positivamente en los predios productivos. Como toda medida nueva, tendrá su tiempo de incorporación por parte de los productores. Al aplicarlas, tendrán más profesionalidad en la producción, optimizando los recursos y haciendo un uso correcto de los fitosanitarios  que minimiza el impacto ecológico y social”, relató.

“Los productores tucumanos tienen mucha conciencia de las BPA, tenemos muchos que certifican en GLOBALGAP, un conjunto de normas agrícolas reconocidas internacionalmente y dedicadas a las Buenas Prácticas de Agricultura (GAP). Esto es indispensable para los productores que exportan sus productos a mercados internacionales”, señaló.

Del mismo modo, aclaró que “no implica un alto costo”, pero que “el desafío son los pequeños productores en los cuales las organizaciones (asociaciones, cooperativas, etc) tendrán un rol importante para apoyarlos y el Estado, a través de sus técnicos, asesorando, capacitando, informando, gestionando y acompañando esta nueva iniciativa”.

En cuanto a si se ve replicado en las ganancias finales, el funcionario expresó: “Yo creo que las BPA (aparte de ser algo obligatorio como puede ser estar inscripto en la AFIP) mejorará el ciclo productivo en general, haciendo que lleve un mejor control en general, un ejemplo puede ser que los llevará a usar una dosis adecuada de fertilizantes y no usar de más, mejorando los costos de producción, entre otras cosas”.

Antes de finalizar, Rodríguez Vidal resaltó que “estamos hablando de 7 puntos fundamentales” y los detalló:

  1. Documentación obligatoria y trazabilidad
  2. Productos fitosanitarios
  3. Agua
  4. Manipulación
  5. Control de animales ajenos al predio
  6. Uso de fertilizantes orgánicos y enmiendas
  7. Contar con asistencia técnica.


“Muchos productores cumplen la mayoría de los requisitos y algunos tendrán que incorporar alguna inversión o tomar nuevas metodologías de trabajo. Metodología que aseguran el bienestar de los que rodean el campo, trabajadores del campo y de los consumidores”, concluyó.

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