El Ingenio Concepción, uno de los mayores complejos sucroalcoholeros del país y pieza clave de la economía tucumana, atraviesa un proceso formal de venta que vuelve a ponerlo en el centro de la escena productiva. La fábrica —perteneciente al Complejo Alimenticio San Salvador S.A., conducido por el empresario Emilio Luque— cerró la última campaña con una participación del 14,4% de la molienda provincial, equivalente a 2.719.008 toneladas de caña procesadas en 213 días, y sostiene cerca de 1.200 puestos de trabajo.
Según información confirmada por el medio Tendencias de Noticias, la operación avanzaría con capitales provenientes de Chile, en un contexto donde el sector azucarero y bioenergético enfrenta nuevos desafíos de competitividad, precios y reconversión tecnológica.
Un activo estratégico para el este tucumano
Ubicado en Banda del Río Salí, el Ingenio Concepción mantiene desde hace décadas un peso determinante dentro de la matriz productiva del NOA. Su abastecimiento de caña proviene de los departamentos Cruz Alta, Leales, Burruyacú y Tafí Viejo, y su estructura integra la elaboración de azúcar crudo, alcohol y derivados, además de una línea de alimentos y subproductos que abastecen a distintos mercados industriales.
El ingenio fue adquirido en 2017 por el grupo de Emilio Luque, en una operación conjunta con el ingenio Marapa valuada en torno a US$ 200 millones. Ocho años después, su salida al mercado vuelve a generar expectativas en la industria por el impacto que puede tener en la producción, el empleo y el perfil exportador provincial.
Un complejo diversificado y con fuerte perfil energético
El Ingenio Concepción es una de las plantas más amplias del país en términos de diversificación. A la producción tradicional de azúcar suma una destilería que elabora licores combinados, alcoholes industriales, combustibles derivados y productos asociados al carbón vegetal.
El complejo también se destaca por su capacidad de generar bioenergía, produciendo dos energéticos principales:
- el vapor, que alimenta los procesos internos del complejo,
- y el alcohol, destinado a usos industriales y energéticos.
Además, cuenta con infraestructura para incorporar RAC (Residuo Agrícola de Cosecha) —maloja—, de manera exclusiva o combinada con bagazo, lo que diversifica las alternativas para la generación de vapor y aprovecha biomasa renovable.
Un punto crítico para la economía provincial
La eventual venta abre interrogantes clave sobre la transición del ingenio y su impacto en el entramado sucroalcoholero de Tucumán. Con su aporte a la zafra 2025 —en un año donde la provincia alcanzó un récord de 17.670.000 toneladas de caña molida—, el Ingenio Concepción se consolida como uno de los motores industriales del sistema productivo local.
Su peso en empleo, producción, generación de valor agregado y bioenergía convierte la definición del nuevo comprador en un factor estratégico para la provincia.
Mientras avanza el proceso de negociación, el Ingenio Concepción sostiene una trayectoria que lo posiciona entre los pilares históricos de la agroindustria tucumana y como uno de los activos industriales más relevantes del NOA.
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