El crecimiento del agro a partir de diciembre de 2015 disimuló en tierras tucumanas la mala performance industrial, sobre todo la de las empresas de mediana envergadura vinculadas al mercado interno.
En los últimos meses, desde el gobierno nacional se insiste con poner la lupa sobre el mejor desempeño de los nichos más dinámicos o "brotes verdes" para explicar lo que debería ser el fin de la recesión. Sin embargo, en muchos sectores económicos los niveles de actividad siguen sin repuntar. Por caso, aquellos más sensibles a la apertura importadora como la fabricación de calzado, textiles, artículos de librería o línea blanca, entre otros que son los principales motores de la industria tucumana, que este año ya sufrió la clausura de una de sus plantas más emblemáticas.
En este marco, para que 2017 pueda ser un año de reactivación, era vital el desempeño de la economía brasilera, que para varios economistas iba camino a un rebote tras dos años en caída. Pero el ajuste fiscal eterno que prometió Michel Temer hoy está severamente en duda, tras la publicación de audios que lo implican en casos de corrupción.
Las calles de Brasil fueron ganadas por sectores trabajadores, el real se devaluó, el índice Bovespa cayó y el escenario económico del país vecino vuelve a repensarse. En la provincia de Santa Fe, varios analistas y funcionarios analizan el impacto sobre nuestra vida cotidiana.
Gabriel Frontons, licenciado en Economía, integrante del Centro de Estudios de la Federación Industrial, señaló: "Las mayores preocupaciones de lo que pasa por estas horas vienen por el lado del canal comercial. Brasil es el tercer mercado de destino de las exportaciones santafesinas pero adquiere especial importancia para las manufacturas de origen industrial, al representar el 30% del total de nuestras exportaciones. El mercado brasilero representa el 90% de lo que vende en el exterior la industria automotriz santafesina, el 46% de lo que exporta nuestra importante y diversificada industria fabricante de bienes de capital, pero también para los sectores siderúrgico, caucho y plástico. En productos lácteos, lo que compra Brasil representa el 35 % de lo que se exporta desde Santa Fe y para la cadena de valor del trigo también es un mercado clave".
Otra voz que analiza la situación es el Carlos Seggiaro: "Muchas veces para medir el impacto de la crisis se toma el precio del real y la competitividad que tenemos los argentinos respecto a nuestros vecinos. Pero además del tema cambiario, debemos ver si el ritmo de las otras variables económicas. Porque un Brasil en recesión nos compra menos, además de generar sobrestocks en su industria, que ponen en riesgo nuestra producción".
El titular de la consultora Seggiaro y Asociados agrega: "Brasil en recesión te compra menos, pero por sobre todas las cosas te coloca más productos. Esto significa acá un impacto inmediato en la fabricación de muebles o en otros nichos industriales, como el calzado o la línea blanca".
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