La misión del Gobierno de salir a mostrar señales de la reactivación económica y creación de empleo se topó con un hueso duro de roer. Contrariamente a la incipiente mejora de la actividad manufacturera, la industria textil es una de las pocas ramas que sigue en caída. Para peor, a fines de octubre podría sufrir un agravamiento de su situación, producto de la caída del consumo y las mayores importaciones.
Los gremios del sector ya encendieron una luz de alerta: temen que, una vez transcurridas las elecciones, se desate una nueva ola de vacaciones adelantadas, suspensiones y despidos, tal como ocurrió a fines del año pasado.
Sucede que en octubre, precisamente, vence buena parte de los subsidios otorgados a las empresas para sostener el empleo. En ese marco, los sindicatos no descartan "ir a la carga" para que continúen, si ven que el clima empeora.
"Toda la cadena de valor argentina está en una delicada situación por el ingreso indiscriminado al país de cientos de miles de kilos de prendas terminadas, a lo que se suma al achicamiento del mercado interno, que es donde el 80% de nuestra industria coloca sus productos", dijo el titular de la Asociación Obrera Textil (AOT), Hugo Benítez.
Con 400.000 empleos, la cadena textil figura en el ranking de las más afectadas por las importaciones, por encima de los autos, alimentos y bebidas, y juguetes. En el primer semestre, la entrada de vestimenta del exterior -sobre todo desde Asia- aumentó 60%, si bien en volumen se redujo 6% en relación al mismo período del 2016, según datos de la Fundación ProTejer. Las miradas apuntan a mayoristas, retail y supermercados.
Miguel Acevedo, titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), ya alertó sobre el escenario "complicado" que atraviesa el rubro textil y calzado, en el marco de una visita a Catamarca que realizó días atrás.
Al igual que en La Rioja, el parque industrial de la provincia recortó un 20% los puestos laborales en los dos últimos años, según datos de los gobiernos locales. Mientras tanto, en la batalla por lograr que la recuperación "se sienta", el ministro de Producción, Francisco Cabrera, anticipó una suba del 6,6% en la industria, dato correspondiente al Estimador Mensual de la Industria (EMI) de julio que será difundido este jueves por el INDEC.
"Los sectores industriales han crecido con excepción del textil", aseguró Cabrera tras encabezar un encuentro con Pyme bonaerenses. El funcionario minimizó el impacto de las importaciones al señalar que "no fue un caso que se planteara mucho", en referencia a la reunión que mantuvo con industriales.
Las muestras seleccionadas, varias de ellas del Conurbano, daban cuenta de un panorama optimista. Una suerte de antítesis de los actos de campaña de la ex presidenta, de los que frecuentemente forman parte empresarios afectados por el "ajuste" y la apertura comercial.
En las últimas horas, la pérdida creciente de mercado interno y la incertidumbre laboral motivó la conformación de una mesa de trabajo para analizar "la crisis del sector". La iniciativa fue impulsada por la AOT, el Sindicato de Empleados Textiles y el de Obreros del Vestido, junto con la Unión de Cortadores. Por la parte patronal participan ProTejer y la Federación de la Industria Textil (FITA).
El incremento de pedidos para acceder al denominado "Repro Express" puso en guardia a los gremios de esta rama de actividad. Se trata de una ayuda de $3.000 por trabajador que apunta a cubrir parte del salario durante tres meses, con la posibilidad de extenderla por un período equivalente. Ahora, el sector solicitó el beneficio para otros 3.000 empleados. "Yo estoy firmando Repro todas las semanas", reconocieron a este medio desde el Sindicato del Vestido.
Según datos de la AOT, en julio había 63 empresas textiles con 13.000 beneficiarios. Por lo pronto, este rubro ya acapara más de un cuarto del total de los Repro (47.000) que maneja la cartera laboral, a cargo de Jorge Triaca. El problema es que el período máximo previsto son seis meses y, en muchos casos, fueron otorgados en mayo, por lo que caducan en dos meses.
Panorama crítico
El resurgimiento de las conversaciones en la industria textil tiene lugar en medio de la parálisis de las reuniones que cámaras y gremios mantenían con las autoridades. En la actividad predomina la sensación de que las empresas del rubro fueron las más perjudicadas por la combinación de la mayor apertura comercial, suba de tarifas y el achique del mercado interno.
Presionado por los reclamos de la CGT, el Gobierno había creado en abril una mesa de trabajo sectorial y encabezó la firma del acuerdo textil, que contempló el reintegro a las exportaciones y promociones de tres y seis cuotas sin interés. Las negociaciones incluyeron la elaboración de un anteproyecto de ley para reducir los costos laborales mediante la baja de cargas patronales, tal como lo adelantó en junio iProfesional.
Sin embargo, las gestiones quedaron en stand by. Y si bien las medidas adoptadas alentaron las ventas, las cámaras privadas aseguran que el panorama aún sigue siendo crítico, con una caída de la actividad del 20% y precios que no bajan, pese a la mayor competencia extranjera. "La ley se suspendió por la etapa electoral y el armado de la mesa estaba relacionado con esto, pero el sector no está recuperando su nivel de actividad", aseguró un directivo de ProTejer.
Desde el Gobierno, en tanto, niegan que se haya cortado el diálogo. "Nos reunimos todas las semanas", aseguraron en la cartera comandada por Cabrera. Sostuvieron, además, que el empleo crece y que las importaciones han disminuido.
Sólo el rubro textil y calzado -admiten- enfrentan "dificultades". En efecto, la ola de despidos en el sector aceleró este año la expansión de los Repro, decisión resistida por las autoridades en su afán de reducir los subsidios.
Su continuidad es un tema que aún no ha sido definido. "Vencido el plazo, vamos a trabajar en conjunto y a evaluar la situación de cada empresa para ver cuál es la evolución y cómo seguimos adelante", señalaron desde el Ministerio de Trabajo.
En agosto, Alpargatas fue beneficiada con la asignación de 3.000 planes para subsidiar los salarios de casi la totalidad de su personal, que ronda los 3.200 empleados en todo el país. La empresa debió otorgar vacaciones adelantadas en Catamarca y cerró su planta en San Luis, así como su línea de calzado en Florencio Varela.
En el caso de Extreme Gear, que ensambla zapatillas Adidas y que denunció a su cliente por sustituir producción local, las autoridades le sugirieron que se reconvierta y tome subsidios de desempleo.
Desde el Ministerio de Producción indican que el nivel de importaciones "no es alto". Según datos oficiales:
- La oferta total de artículos textiles y confecciones importadas cayó 26% en 2016, por los controles de Aduana y el combate del contrabando
- El ingreso de esos productos creció 2,2% en dólares y 6,5% en cantidades
- En tanto, las prendas de vestir -pantalones y suéteres- alcanzaron poco más del 7% del consumo total (desde el 4% de 2015 y el 6% del 2006)
Con todo, las autoridades reconocen que la entrada de prendas terminadas es de casi el 40%, en lugar del 60% (como sostiene ProTejer).
Este porcentaje lo atribuyen a "cuestiones de estacionalidad", por la mayor demanda de camperas y abrigos, si bien aseguran que "está disminuyendo en la segunda temporada".
Ese no es el único motivo de conflicto en el sector. También genera preocupación la decisión tomada por la Aduana el mes pasado de anular el acceso a la información sobre la identidad y las operaciones del importador antes del libramiento de la mercadería.
Los empresarios lo consideran un "apagón estadístico" contrario a las recomendaciones de la OMC. Las autoridades aseguran que trabajan para solucionarlo.
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